Karanka: "En Inglaterra ya no hay la paciencia de antes con los técnicos"
El entrenador vitoriano está preparado para un nuevo reto tras dos etapas en Inglaterra. No descarta dirigir en España ni tampoco una selección.
En el fútbol español asociamos inconscientemente a Aitor Karanka (de 46 años) como el segundo entrenador que tuvo Mourinho en el Real Madrid entre 2010 y 2013, pero el vitoriano ha grabado su nombre en los banquillos de Inglaterra en estos últimos años con buenas actuaciones en el Middlesbrough y Nottingham Forest. La etapa del Boro es la que recuerda con mayor felicidad ya que consiguió un ansiado ascenso para una ciudad sedienta de alegrías y en un club mítico de la Premier.
Encima se volvió con un amigo para toda la vida: el dueño Steve Gibson. Tuvo paciencia a la hora de dar su segundo paso y finalmente se decantó por Nottingham, otra ciudad en depresión y el único club con más Copas de Europa que ligas domésticas. También consiguió devolver la sonrisa al aficionado y pasó de flirtear con el descenso a mirar a la cara al acenso. Pero cuando estaba cerca del objetivo decidió marcharse…
Había runrún sobre un posible despido por parte del Nottingham Forest , pero nos pilló por sorpresa su repentina marcha. ¿Qué pasó?
Había firmado mi contrato un año antes y había estado diez meses esperando el proyecto adecuado y cuando llegó lo cogí... Imagínate lo que es entrenar a un club como el Fotest, pero empecé a ver cosas que ya no es que me afectaran a mí sino que podían tocar a la plantilla y decidí dar un paso a un lado porque vi que si yo salía el club todavía tenía tiempo de firmar jugadores en el mercado de invierno con un entrenador nuevo y de llegar al playoff. Pensé que con mi salida del equipo podía mejorar.
Su primera experiencia es en el Middlesbrough. El arranque no acompañó y la directiva confió en usted. Luego usted recompensa al club con el ascenso a la Premier.
Me acuerdo que en los primeros cinco partidos ganamos uno, empatamos otro y perdimos tres. Salía del estadio y oigo a Steve Gibson (president del club): ‘Aitor’. Ahí dije: ‘A tomar por saco’. Me preguntó cómo estaba y le dije que fastidiado. Me agarró y me dijo que estuviera tranquilo, que no pasaba nada porque me habían traído para ascender y no tenía ninguna duda de que ascenderíamos. Había que cambiar todo porque encima era el primer entrenador extranjero. Ese año salvamos sobrados la categoría y el año siguiente llegamos a la final del ascenso. La perdimos y fui al palco a saludar a mis padres y me cogió el dueño y me dijo que no pasaba nada. Le agarré y le dije: ‘¿Cómo que no pasa nada presi? Acabamos de perder una final’. Me volvió a decir que estuviera tranquilo que al año siguiente llegaría. Esa confianza te marca y de hecho, esa amistad perdura y este verano he ido a su boda.
¿Esta confianza es lo que falta en España?
En Inglaterra ya está cambiando también… En aquel momento tenía la oportunidad de ir a un equipo de la Premier y cuando decides ir al Boro (en Championship) en vez de ir a la Premier muchos podrían pensar que estaba loco, pero cuando conoces a Steve sabes que vas a tener esa paciencia que necesitas cuando llegas a país extranjero y encima siendo el primer entrenador extranjero de la historia del club.
¿Puede que se esté perdiendo esa paciencia por los perfiles de los nuevos mandatarios?
Si, al final todo va muy rápido. Todos quieren subir y ganar títulos cuanto antes y muchas veces se olvida de ese proceso. Gracias a Steve, en el Boro tuve ese proceso.
¿Por eso sigue pensando que su futuro está allí o ya no se cierra a un cambio de liga?
Ahora ya ha cambiado mi situación. Cuando salí del Middlesbrough, aunque sabía que era difícil, quise compaginar el tema profesional y el personal y por decidí seguir en Inglaterra. Tuve ofertas de aquí (el Alavés), pero ahora todo ha cambiado. Los niños van creciendo y ahora cualquier proyecto interesante, sea en el país que sea, me lo pensaré.
Incluso selecciones…
Sí, cualquier cosa que pueda ser atractiva… Hay un Mundial en Qatar que creo que cambiará muchas cosas. Así que tengo claro que estudiaré todo lo que me atraiga y me motive.
No suele defender un estilo de juego único y prefiere amoldarse a la plantilla que tiene en vez de que la plantilla se amolde a usted, pero cada entrenador tiene su sello. ¿Cuál es el suyo?
Siempre digo que jugar lo mejor posible. Para jugar lo mejor posible necesitas los mejores jugadores. Cuando llegué al Middlesbrough le dije al presidente que si me fichaba para jugar como la selección española o estaba muy confundido o tenía que ficharme a Ramos, Xavi, Iniesta, Xabi Alonso… Es imposible jugar como la Selección sin ellos. Cuando llegué mis jugadores no daban más de tres o cuatro toques en un rondo. Me vi obligado a hacer que esos jugadores mejoraran individualmente para alcanzar el nivel que quieres. Por ejemplo, durante mi etapa en el Forest se han visto goles en los que los once jugadores de campo tocan el balón. Eso sin estilo no se puede hacer, pero es verdad que el estilo es mejorar a tus jugadores y buscar un equipo comprometido.
Víctor Valdés dijo que usted le había devuelto la ilusión por volver a jugar y que jamás lo olvidará. ¿Qué le dio a Valdés que otros no supieron darle?
Pues tratarle como la persona que es: Víctor. Al final muchas veces cuando estás en un vestuario con jugadores que han ganado muchos títulos o pueden estar por encima de sus compañeros lo que hay que hacer es tratar a todos por igual. A Valdés lo traté como a uno más en el vestuario y luego y lo traté como al Víctor persona, que es lo que necesitaba en ese momento. Venia de una lesión importante y una experiencia mala en el Manchester United y en Bélgica. Es así como al final te rinde en el campo y además creas un vínculo que hoy todavía se mantiene.
¿Se lo llevaría de segundo entrenador como Mourinho hizo como usted para lanzarle después al futbol profesional?
Me lo llevaría, claro que me lo llevaría. Pero tiene claro que quiere ser número uno. Cuando conoces a Víctor te das cuenta de su carácter. No es casualidad todo lo que ha ganado, pero quiere ser entrenador. Pero un miembro en el cuerpo técnico como Valdés suma muchísimo.
¿Es cierto que le costó habituarse al tercer tiempo de la Premier (después de cada partido los entrenadores quedan para tomar una copa de vino)?
Cuando pierdes es difícil por mi forma de ser. Sobre todo al principio. Después de perder tienes que ir y reírte con el otro entrenador. Pero es un signo de respeto y creas un vínculo que hace todo más fácil. Cuando quieres un jugador pues ya hay una relación y llamas al entrenador directamente. La final del ascenso con el Boro la jugamos en Wembley y llamé directamente a Arsene Wenger para entrenar en las instalaciones del Arsenal. Creas un vínculo que queda ahí.
¿Cómo es ese momento de relajación entre dos entrenadores que se acaban de enfrentar?
Cada momento es diferente porque a veces no coincides por temas de prensa o porque tu avión sale pronto. En mi caso, si yo no he podido por cualquier cosa siempre ha estado ahí mi cuerpo técnico. Aprovechas para coger información del rival de la semana siguiente.
Conoce muy bien a Ernesto Valverde. ¿Es cierto que le aconsejó que fichara por el Nottingham Forest?
Sí, fue uno de los que me habló del club. Me contó su experiencia porque los dueños del Olympiacos son los mismos que los del Nottingham Forest. También hablé con otras personas porque no es lo mismo entrenar en Grecia que hacerlo en Inglaterra.
¿Habla a menudo con él?
Si, hablo con él para darle la enhorabuena cuando gana y ánimos cuando la cosa no va bien.
¿Le notó nervioso tras la caída en Champions la temporada pasada?
Cuando conoces a Ernesto te das cuenta de que es igual cuando gana y cuando pierde. Ese es su éxito, el saber llevar las cosas.
Dice que sus jugadores son como hijos, a veces los amas y otras les quieres matar. ¿Algún jugador que no le convenía le ha impresionado después para bien?
No me pasa porque antes de ficharlos hablo con ellos. A no ser que venga por el club y me garanticen que va a funcionar. Pero con el ochenta o noventa por ciento de los jugadores suelo hablar antes porque quiero hacerles ver que les quiero yo y que no es una operación rara que a veces se ve en el futbol. Y después de esas sensaciones es cuando firmamos. Si al jugador lo has conocido antes ya después solo puede crecer.
¿Cuál es su momento más feliz en los banquillos?
Para mí el momento más feliz fue el día del ascenso con el Boro. Llegar sin experiencia de primer entrenador a un club que nunca había tenido un entrenador extranjero en su historia, que estaba más cerca del descenso y con la confianza del dueño… El palo gordo de quedarse a las puertas del ascenso y el año siguiente subir directamente es el sueño que no me había imaginado. No sé si ganaré más cosas pero será complicado olvidar eso.
¿Cómo surge lo de ser segundo de Mourinho?
Me llamó Fernando (Hierro) y yo estaba en la Federación (RFEF). Me pide que vaya a su casa a hablar y yo le pregunto si me iba a echar, que eran las diez de la mañana (se ríe). Me dice que no, que le había llamado Jorge (Valdano) porque quería que fuera el segundo de Mourinho. Le dije que dejara de beber por las mañanas (ríe de nuevo). Fui a su casa, al rato hablé con Jorge y esa tarde me llamó Mourinho.
¿Por qué te pide a ti?
Porque él pide una lista de exjugadores y de la lista empezó a preguntar referencias. En mi caso preguntó a Mijatovic, Figo y Seedorf. A Mou no le había visto nunca. Luego me decía que tenía buenos amigos. De hecho, la primera vez que Mourinho juega contra el Madrid en Oporto sale a rueda de prensa y dice que me tenían que haber expulsado (se ríe).
Llevamos pocas jornadas, pero Ansu Fati ya es la sensación. Y en al Madrid aún esperan a Vinicius…
Es pronto para los dos. Es verdad que los dos tienen un talento espectacular. Ansu Fati está por las lesiones de sus compañeros, pero es una apuesta de Valverde y será una alternativa con muchas soluciones. Y Vinicius ya demostró el año pasado que tenía la personalidad cuando el equipo no estaba en su mejor nivel. Con ese potencial serán grandes jugadores.
Por cierto, ¿cómo ve al Madrid?
Más que cómo veo al Madrid es cómo veo LaLiga. Cada uno con sus cosas. Parecía que el Atleti la había ganado yo, el Barcelona y el Madrid con sus problemas con las bajas… El Madrid siempre será el Madrid y su carácter ganador les llevará a la pelea.
¿Se está siendo injusto con Zidane?
El fútbol va muy rápido. Cuando Zidane ganó las Champions las cosas no iban tan bien en Liga y al final siempre hay críticas. Y más en el Madrid. Está claro que este equipo ha ganado mucho y se ha reforzado. Ahora está pasando un momento malo con las lesiones, pero es un entrenador con tres Champions y con grandes jugadores. Estará en la pelea.
¿Habla con Mourinho?
Sí. Ahí está esperando. Es que esto es nuevo para él.
Hizo un máster acelerado con él…
Uf (mientras asiente con la cabeza). Pero yo lo disfruté mucho. La gente no se lo cree. Yo lo pasaba peor por mi familia que por mí. Yo estaba encantado aprendiendo con ese cuerpo técnico, en el Real Madrid y aprendiendo todos los días.
¿Ve posible la vuelta de Mourinho?
El mundo del fútbol vive del día a día. Hablar de los que no están es fácil. Al final Zizou se ha ganado un respeto y estas son las cosas ingratas del futbol. Lo rápido que pasa todo. Estamos en septiembre y queda un mundo por delante. Zidane ha ganado tres Copas de Europa y habrá que darle algo de crédito.
¿En España le gustaría empezar en el Alavés o en el Athletic o no se pone melancólico?
Tanto en España como en cualquier sitio me tiene que motivar el proyecto. Me tiene que trasmitir el deseo de querer ficharme y que el proyecto sea sólido.
¿Hay algo de eso sobre la mesa?
Tampoco hay muchas cosas serias. Te llaman y te preguntan, pero son ligas que no me terminan de atraer. No tiene que ser una liga de un país puntero, pero me tiene que atraer en otras condiciones. Pero no hay nada que se acerque por ahora.
Si coinciden en España usted y Mourinho como pasó en la Premier ahí sí habrá tercer tiempo…
Sí, claro. Primero, segundo, prórroga y lo que haga falta…
¿Cómo fue enfrentarse a él en la Premier?
Muy bonito. Fue en nochevieja. Íbamos ganando 1-0 en el minuto 80 y nos remontó. Es lo que tiene disponer de los jugadores de los que tenía él y los que tenía yo. Mis pobres chicos estuvieron todo el partido dándolo todo y al final en esos diez minutos, encima en Navidad con tanto partido, nos dieron la vuelta. Salí desde el córner de Old Trafford hasta los banquillos con José, con el que tanto he disfrutado y con el que tengo tanta relación, con mi mujer, mis hijos, mis padres en la grada…. Fue uno de esos días en los que merece la pena todo.
¿Ve bien el carrusel de partidos en Navidad?
Es cultural. Esos días es una locura. Para ellos y para ti. Juegas en 48 horas y luego en tres días… Hay que estar muy listo con las rotaciones. Es una exigencia terrible y allí en Inglaterra hacer rotaciones es complicado. Allí en cualquier partido, sea de la categoría que sea, debes ir a ganar. Es impresionante y una locura jugar el 26, el 28 y el 31. Pero luego ves el ambiente… Cuesta pero está montado así y es una gozada.
¿Cambiará algo en el fútbol inglés si hay un Brexit sin acuerdo?
Yo creo que nadie sabe lo que va a pasar con el Brexit. Es un tema que hablas allí y nadie sabe lo que va a pasar.