Rosales y Navarro blindan el talón de Aquiles del Leganés

El Leganés se transformó ayer en un desparrame de fichajes. Tres anunciaron los pepineros de una tacada. Ilusionó especialmente en la parroquia pepinera el de Martin Braithwaite por su simbolismo goleador. Por su etiqueta de jugador franquicia y, además, en propiedad. Sin embargo, los que seguramente hayan destilado en Mauricio Pellegrino un buen suspiro de alivio hayan sido los otros dos, los de Marc Navarro y Roberto Rosales. Ambos taponarán una brecha considerable en la pizarra del Flaco. Con ellos el Lega por fin puede empezar a trabajar con normalidad en defensa.

Porque desde que el Leganés volvió al trabajo allá por el 4 de julio, la anomalía se instaló en su retaguardia. El motivo: no había laterales derechos. O, por ser más precisos, no había carrileros diestros. Defensas de largo recorrido capaces de guardar las espaldas, pero también de apurar línea de fondo.

Aferrado a la defensa de cinco

Tarín y Bustinza (centrales, pero también laterales) pueden ejercer tirados al costado diestro, aunque sólo en línea de cuatro, modelo que Pellegrino probó en el primer partido de pretemporada ante el Rayo, y que ya desechó en el segundo, frente al Fuenlabrada. El argentino obró el curso pasado el milagro de la salvación blanquiazul aferrado al 5-3-2 y en ese dibujo pretende perpetuar su legados de éxitos al sur de la capital. Para hacerlo necesita de carrileros y sin ninguno para ocupar el frente diestro, la preparación del verano quedaba seriamente trastocada. 

De ahí semejante ansiedad por blindar una posición con varios e inusuales inquilinos durante los dos amistosos en los que Pellegrino ha mantenido su esquema favorito. Contra Fuenla y Raja Casablanca, Avilés (extremo), Mejías (central) y Facu García (mediocentro) han ejercido sin demasiado éxito, aunque tampoco con graves carencias. El caso es que los dos partidos han demostrado que el Leganés necesitaba carrileros. Ya los tiene.

Debut ante el Ittihad Tánger

Tanto Navarro como Rosales se estrenarán hoy bajo la tutela de su nuevo entrenador en Tánger, a dónde se desplazaron ayer al mediodía para poder unirse cuanto antes a las rutinas de Pellegrino. Será una jornada de doble sesión que ayudará a perfilar su rol en el equipo. Habrá algo de celeridad por acoplarlos cuanto antes al ritmo de sus compañeros.

De estar bien en el plano físico, seguramente debuten ante el Ittihad Tánger el próximo sábado (21:30) blindando una posición hasta ahora huérfana, talón de Aquiles de una pizarra, la del Leganés, que por fin respira aliviada.