Gainza espera compañía

Agustín Gainza, 69 años, contempla en el evocador museo del Athletic la proyección que honra la figura de su padre. Agustín Piru Gainza (Basauri, 1922-1995) es todavía hoy el jugador que más Copas ha ganado. Ahora que Piqué, Messi y Busquets pueden igualarle con siete Copas, As recorrió en Bilbao las huellas del extremo izquierdo, que jugó 21 años en el Athletic y que, después de ser suplente de Gorostiza, formó parte de aquella mítica delantera con Iriondo, Venancio, Zarra y Panizo. "No le gustaba que se recordase a ese equipo así. El fútbol es de once".

Memorias de un jugador grande, que fue 33 veces internacional, 19 de ellas como capitán y nunca suplente . "El gamo de Dublín", le bautizaron por un partido ante Irlanda en Dalymount Park. Gainza fue quien asistió a Zarra jugándose el tipo en el famoso gol a Inglaterra. En la Selección, por cierto, nació una curiosa amistad. "Cuando mi padre era capitán y el Rey Juan Carlos era joven, compartieron charlas fumando. El Rey ya fumaba con 18 años y mi padre algún cigarrillo se fumaba…". Las charlas acabaron en afectuosa relación. "En una visita a Bilbao, mi padre le entregó una equipación del Athletic al que ahora es Rey. Siempre he pensado que con esa equipación jugaría en La Zarzuela y tal vez por eso se hizo del Atleti".

48 años en el club, 21 como futbolista y 28 como entrenador. "Iñaki Sáez dijo una vez que mi padre era para él el personaje deportivo del siglo XXI. Siempre intentaba equilibrar sus equipos". Pedro Aurtenetxe admitió que Gainza se negó repetidamente a que le subiesen el sueldo. Su figura trascendió. Siete peñas del Athletic llevaron su nombre, hay tres activas.

Gainza también tuvo espinas. "La final de 1949 fue el peor partido de su carrera. Y en 1953 perdió ante el Barça de Kubala. Eran muy amigos".

En 1958 se quitó la espina. El Athletic sorprendió al Madrid en el Bernabéu. Se produjo entonces la famosa anécdota: "Franco le dijo: ¿Otra vez usted por aquí? Y mi padre le contestó: Hasta el año que viene". Lo que no está registrado, pero cuenta la leyenda, es que cuando se marchaba del palco, Gainza se volvió a Franco y le soltó: "A usted y a mí no hay quien nos eche". De Bilbao, como diría el otro.