NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VALENCIA - KRASNODAR

El sueño de un millonario ruso se cruza en el camino

Sergey Galisky fundó hace sólo 11 años el Krasnodar (21:00, Mov. LC). Marcelino hará rotaciones, puede haber hasta siete novedades.

Actualizado a
El sueño de un millonario ruso se cruza en el camino
Ampliar

Al Valencia ya no hay competición que le moleste. Tras lograr plaza en la final de Copa y verse con opciones de pelear hasta el final por la cuarta plaza en Liga, la Europa League también le motiva. Le pone. La quiere. Lo dijo Marcelino y se les nota a los futbolistas, que están contagiados por la pasión en la que habita Mestalla desde la eliminatoria copera ante el Getafe. Marcelino tiene fondo de armario para hacer rotaciones sin alterar su potencial (sigue el partido en directo en As.com). Hoy, por ejemplo, jugará Guedes para que descanse Cheryshev, cuando el portugués no deja de ser el fichaje más caro de la historia che. Y así, hasta siete novedades en el once.

El Krasnodar es un club de reciente creación (fundado en 2008), aunque en poco tiempo se está haciendo respetar. La culpa la tiene Sergey Galitsky, emprendedor, millonario y dueño-fundador del club. Galistky, a quien se le atribuye que pagó cinco millones de euros por una réplica de oro de la pierna izquierda de Messi, creó con 27 años un imperio de supermercados y cosméticos (la cadena Magnit, que tiene 165.000 empleados) y está convirtiendo a los 'Toros' (apodo del equipo) y a la ciudad de Krasnodar (casa de España en el pasado Mundial) en modelo de fútbol en Rusia. Aquel equipo que empezó en Tercera, que llegó en 2011 a Primera y que desde 2014 compite en Europa, visita Mestalla peleándole la liga al Zenit y tras lograr eliminar al Bayer Leverkusen.

Su fútbol es alegre, de ataque; aunque no desentonan en defensa (21 goles encajados en 31 partidos). El delantero ruso Ari, el sueco Claesson y el uruguayo Pereyra (este no estará en Mestalla) son las figuras. Hay respeto, pero no temor.