Ruibal: "El cambio del Wanda al Cerro nos ha ido bastante mal"
El delantero del Majadahonda habla para AS sobre su doblete al Sporting, de cómo ha sido su adaptación al Majadahonda y de su paso por el Real Betis.
Aitor Ruibal (Manresa, Cataluña, 22 de marzo de 1996) se ha convertido en el jugador de moda esta semana, tras su doblete al Sporting (2-3) en El Molinón. Con una personalidad tranquila, que dista mucho de su gran inquietud sobre el terreno de juego, el joven delantero cedido por el Betis en el Rayo Majadahonda tiene los pies en el suelo y busca mantener su línea de crecimiento este curso, en el que ya ha sumado siete goles en LaLiga 1,2,3 y otro en Copa del Rey. Humilde y familiar, Ruibal es uno de esos futbolistas que evitan los focos y que lo único que busca es trabajar sin descanso para ser mejor cada día. Y, parece que esto último lo está consiguiendo.
¿Por qué decidió venir cedido al Rayo Majadahonda?
La opción del Rayo Majadahonda se presentó rápida. Yo buscaba con el Betis subir una categoría más y fue una oferta que se presentó a principio de verano. No tuve dudas porque lo que quería era subir jugar con un equipo de Segunda y como fue una de las primeras ofertas, me decanté a ella.
Venía de perder el playoff de ascenso con el Cartagena frente al Rayo Majadahonda ¿Sentó mal allí su fichaje?
A la afición le sentó bastante mal. Hubo gente que no lo aceptaba y otros que sí. Al final la gente no sabe lo que hablas con el club. Y ya estaba hablado de que solo me quedaría si subíamos a Segunda, si no me iría.
¿Cómo fue la pretemporada con el Rayo Majadahonda?
Nunca había hecho una pretemporada así porque lo primero que hicimos fue irnos al monte, sin campos de fútbol, en habitaciones de cinco o seis personas con literas (risas). Pero muy bien, fue una experiencia nueva. Incluso hice de jardinero, que como dije el otro día si se tiene que hacer se hace.
¿Qué tal es su relación con Antonio Iriondo?
Nunca había tenido nadie cerca así en este ámbito. Aprendes mucho con él, cuanto más lo haces, mejor. Cada uno tiene su estilo y él se mueve por la energía y esas cosas.
¿Cómo es el ambiente en el vestuario?
El grupo en sí es magnífico. Todo el mundo se lleva bien con todo el mundo. Al principio vienes tímido, pero después con los compañeros súper bien. Tampoco había estado nunca en un vestuario en el que hubiese tanta gente veterana.
¿Quién lleva la voz cantante en el vestuario?
El más gracioso es Morillas, que no para quieto (risas). Pero, todos aportan algo. Basilio, Óscar y Carlitos llevan tiempo aquí. Llevan la voz cantante porque son capitanes y porque son gente curtida en el fútbol y te ayudan en muchos aspectos.
De la dura lesión de Carlitos a la de Rafa López. ¿Cómo han caído estas noticias en el vestuario?
Son gajes del oficio. Estamos expuestos a lesionarnos todos en cualquier momento. Es muy duro cuando alguien se lesiona de gravedad. A parte yo con Carlitos tengo mucho roce porque vivimos al lado y vamos y volvemos juntos con el coche. También tenía muchas ganas de jugar con él porque el día que me enfrenté a él vi que era un jugador espectacular. Al principio te duele, pero luego ya vas siendo positivo. Ahora está a punto de volver y ha estado trabajando en el campo un poco con nosotros. Ojalá esté pronto. Y, a Rafa le deseo mucha suerte para la temporada que viene. Que se recupere y que lo primero es ponerse bien.
Debutó en Primera con el Betis en un partido frente al Atlético en el Benito Villamarín (0-1), ¿cómo vivió aquello?
Nunca me lo hubiese imaginado porque estás calentando y el ambiente está caldeado. Cuando estás calentando y la gente pitaba me quedaba un poco sordo y cuando saltas al campo es flipante. Salí un minuto e intenté disfrutar al máximo y fue como si fuese mi vida. Fue un sueño más cumplido.
¿Se hizo más del Betis tras ver el ambiente de la afición del Villamarín?
Al principio vas para mejorar, pero aquella sangre te engancha. Lo viven de otra manera. Es como una religión. Para la gente que le gusta el fútbol, le engancha.
Del éxtasis de debutar en Primera a descender con el Betis Deportivo a Tercera. Fue muy duro, ¿no?
Siempre que hay palos son muy duros. No nos merecíamos bajar, pero el fútbol es así. Al principio íbamos bien, pero luego te quitan a Loren, que era el máximo goleador, Junior Francis, y es duro. Los que quedamos en el equipo luchamos hasta final, pero tuvimos muy mala fortuna y al final descendimos.
¿Por qué crees que no terminaste de convencer a Quique Setién para quedarte con el primer equipo?
Creo que me faltó meter más goles para que se fijaran en mí. Pero, en realidad, el único que lo sabe es él y los directivos de allí. Pero si no se fijaron en ese momento, lo que hay que hacer es luchar para que te sigan viendo y poder tener otra oportunidad. Y, si el año que viene no es posible, hay que seguir y seguir hasta que lo consigas.
Sin goles parece que un delantero no hace nada...
Eso cada entrenador tendrá su ojo de ver el fútbol o lo que prefiera del delantero. Está claro que si metes más goles es mejor para el equipo porque da más puntos. Pero, el trabajo no se negocia porque sale de dentro y a mí me sale. Luego si los goles llegan o no es de más o menos fortuna. Un delantero no quiere fallar y también tiene mucho que ver la confianza que tengas. Unas veces entrarán más y otras menos. Aunque sí, el gol lo es todo para un delantero.
¿Cómo se gestiona la ansiedad por marcar en una mala racha goleadora?
Lo primero que tienes que hacer es no martirizarte con el gol porque a todos nos pasa y seguirá pasando. Vivimos de los goles, pero yo por ejemplo nunca me he llevado mal con un entrenador porque siempre saben que yo lo voy a dar todo y lo voy a seguir dando, con o sin goles.
Iriondo le da mucha libertad de decisión a sus jugadores sobre el campo...
Al final el último que decide es el jugador. Él te dice que tienes que tener personalidad. Al final hay cosas que no se pueden entrenar y hay cosas en el campo que no sabes que van a pasar antes. Los otros equipos son buenos y saben que si no se puede de una forma es de otra e Iriondo insiste mucho en ese aspecto.
Ha pasado de ser suplente en el inicio de curso a ser titular indiscutible. ¿Qué ha cambiado?
Iriondo lo sabrá (risas). Al principio te cuesta más porque no tienes confianza, por no conocer a la gente y al entrenador. Yo creo que desde el principio me he entregado al máximo. Creo que pasar de no jugar a ser titular me lo he ganado en cada entrenamiento.
¿Se nota mucho el cambio de Segunda B a Segunda en el nivel de los jugadores?
Este año hay equipos y jugadores que podrían estar en Primera tranquilamente, como Rubén Castro. Si están aquí es porque ellos quieren o porque no se les ha dado la oportunidad de jugar en Primera. Pero estamos en una de las mejores categorías del mundo y hay muchos 'jugagorazos' este año.
Viene de marcar un doblete nada más y nada menos que en El Molinón. Precisamente Rubén Castro fue el último jugador que lo hizo. ¿Cómo lo ha vivido?
No lo piensas en el momento que ocurre. Lo único que te importa es ayudar al equipo a sumar puntos. Cuando me enteré de Rubén Castro me pareció una gran casualidad. Y, ojalá que la siguiente casualidad sea que la próxima leyenda del Betis sea yo.
El Rayo Majadahonda tiene un estilo muy parecido al Betis y podría aprovechar esto para poder buscar otra oportunidad allí, ¿no?
Ojalá. Yo creo que de cada equipo y de cada entrenador aprendes algo. La filosofía de Iriondo, José Juan o Setién son muy parecidas, aunque cada uno tenga sus pensamientos. Al final de cada uno aprendes algo y eso te ayuda a llegar a lo más alto. Allí, en el Betis Deportivo, aprendí mucho con José Juan, al que le tengo que agradecer mucho. Tuve mucha afinidad y confianza con él. Cuando mi abuelo falleció él estaba allí y me ayudó mucho. Me dijo que me fuese a mi casa y yo le dije que no, que no podía fallarle en esos momentos en los que estaba en el equipo.
En las últimas semanas ha habido muchas críticas al estado del césped del Cerro del Espino. Desde jugadores y rivales al propio Antonio Iriondo. ¿Usted cómo lo ve?
El césped está muy mal. Nos tenemos que acostumbrar a él y es lo que hacemos. Por mucho que se quejen los rivales, si LaLiga sigue permitiendo que se juegue allí seguiremos haciéndolo. Nos beneficia jugar fuera. Jugamos mejor en otros estadios que en casa. Una de las principales bases de nuestro juego es que el balón vaya por el suelo o el juego al primer toque y en ese campo es imposible.
Volviendo al doblete en El Molinón, dejó un gran gol con un remate espectacular. ¿Fue consciente en ese momento del golazo que había dejado?
Al principio no lo piensas. Dices bueno un gol, nos ponemos por delante. Pero luego, tras el partido, comienzan a llegarte mensajes con vídeos del gol. Si te soy sincero lo habré visto como trescientas mil veces y, sí, es un gran gol (risas).
¿Recuerda otro gol así en su carrera?
El año pasado marqué el mismo gol contra el Jumilla con el Betis Deportivo. Venía de lesión y firmé uno exactamente igual.
¿Cómo se gestiona este éxito que va y viene?
Yo no me lo tomo a pecho. Como tú dices, es un éxito que viene y va. A lo mejor luego estas tres jornadas sin marcar y no eres nadie. Pero yo voy a buscar mantenerme y seguir así. Lo voy a hacer sobre todo por mis compañeros porque tenemos que salvarnos.
¿Se evade de lo que se habla en la prensa?
Depende del momento. Si estás en un momento malo y la prensa te machaca, te afecta. Yo no soy de mirar la prensa. Pero, cuando las cosas van bien sí que lo miro porque te motiva.
Has compartido delantera con varios jugadores: Aitor García, Toni Martínez, Manu del Moral... ¿Con cuál te encuentras más cómodo?
Cuando empiezas a conocer un poco al jugador, con cualquiera te sientes cómodo. Con Aitor García me entendía bien porque él era de banda y yo en punta y nos entendíamos bien. También con Toni y Héctor. Pero, la verdad es que con Manu del Moral ves que hay sintonía, a pesar de llevar jugando juntos poco tiempo. Él es veterano y sabe como llevarte y las decisiones que vas a tomar.
¿Cómo ha sido la acogida del vestuario de los nuevos fichajes de enero?
Son uno más de la familia y se les ve muy cómodos. Si les preguntas seguro que están muy contentos. Al final todo está en el gran grupo que hay en el vestuario.
También ante el Sporting, Alex Alegría marcó un con la mano que subió al marcador. El tema del VAR levanta polémica por donde pasa. En Segunda no hay, pero ¿cree que deberían ponerlo?
Todo lo que sea mejorar el fútbol hay que probarlo. Pero el fútbol siempre ha sido así, con polémica. Yo hace unas jornadas marqué un gol con el codo. Pero claro en esto entra también el hecho de que parece que si la polémica viene por algo tuyo no es tan importante como si te marcan a ti un gol con la mano.
Con siete goles, se mete en los primeros puestos por el pichichi. ¿Va a por él?
Nunca me pongo objetivos. Un año me puse objetivos, me puse 25 y no llegué ni a diez. Este año voy a por el máximo de goles, asistencias y puntos posibles para que el equipo se salve.
Iriondo dijo en rueda de prensa que en cuanto entre uno, van a empezar a entrar todos los que no lo habían hecho. ¿Va a empezar ahora a marcar de dos en dos?
Ojalá que entren de dos en dos (risas). Lleva razón porque cuando nada te sale bien y no te entran, da igual lo que pase. Ante el Sporting, la primera al palo, la segunda va dentro y la tercera y cuarta también. El fútbol es estado de confianza y de ánimo.
El próximo rival de LaLiga, un Granada que pelea el liderato. Partidazo , ¿no?
Es un equipazo, con unos jugadores enormes. Nosotros no nos achantamos ante ningún equipo. Nos da igual el equipo que venga. Lo que nos interesa somos nosotros y vamos a ganar el partido.
Siempre se os mete en el saco de la permanencia, a pesar de que solo habéis estado en puestos de descenso en una jornada. ¿Cuál es el objetivo del equipo de cara al último tramo de temporada?
Nuestro objetivo era quedar primeros, no estar aquí. Se han dado unas circunstancias que nos han quitado muchos puntos. El cambio de campo del Wanda Metropolitano al Cerro nos ha ido bastante mal porque allí en la primera vuelta conseguimos muchos puntos. No hay que ponerse objetivos y vamos a salvar al equipo 100%.
¿Qué tal el ambiente del Cerro?
El ambiente es diferente al de Wanda Metropolitano. Parece que va más gente porque el Wanda es más grande. El ambiente muy bien y la afición es de diez, animando en todo el mundo. Estamos muy agradecidos porque vayamos donde vayamos siempre vienen con nosotros, sean uno, dos o diez. Hay que agradecerles todo lo que están haciendo y le pedimos que sigamos haciéndolo que pronto le daremos una alegría
El Majadahonda es uno de los equipos más modestos de Segunda ¿Nota mucha diferencia entre clubes?
Se nota mucho. Es el primer año en segunda. No tenemos campos para entrenar a veces. El club se tiene que buscar la vida para encontrar campos. Los que vienen de equipos de arriba que nunca han vivido esto, les puede costar un poco. Yo vengo del Betis que allí esto no pasa pero hace unos años estuve en el L'Hospitalet y pasa lo mismo. Estoy acostumbrado a estas cosas. Es normal, no hay presupuestos para ciertas cosas y hay que llevarlo de la mejor manera posible.
¿Qué consejo le daría a los chavales que pelean por dar el salto a categoría profesional desde Segunda B y Tercera?
Que nunca se rindan, que sigan luchando y trabajando. El ejemplo no está en mí, está en jugadores como Enric Gallego que ha debutado en Segunda a los 33 y a los meses pasa a Primera. Hace nada era camionero y es un ejemplo de lucha. Hay que seguir peleando porque las cosas llegan.
¿Cuál es su ídolo futbolístico?
De ahora, Luis Suárez. De niño siempre llevaba camisetas de Luis Enrique.
¿Le está haciendo la pelota para que le llame con la Selección?
No (risas). De pequeño siempre me compraban cosas del Barcelona. Siempre he sido del Barcelona y él era luchador, como me gustaban a mí los jugadores.
¿Messi o Cristiano?
Messi, por supuesto.
Un reto a corto plazo para esta temporada...
Voy a intentar llegar a los quince goles.
Y, a largo plazo.
Jugar en el Betis el año que viene.
¿Cómo es Aitor Ruibal cuando se descalza las botas?
Un chico normal y tranquilo, sin mucha preocupación de nada. Si hay un problema lo intento solucionar con tranquilidad. En el campo me muevo mucho, pero en la vida real soy muy tranquilo, alguien a quien no le gusta enfadarse. Soy muy familiar y de mis amigos, que ahora nos lo tengo cerca, pero los siento porque siempre me apoyan. Mi chica también me ha estado apoyando mucho. Ella lo pasa también mal por estar lejos de la familia, pero bueno los dos intentamos seguir bien.