El padre del 'hacker' de Football Leaks evitó a la Policía metiendo el móvil en el microondas
El progenitor compró un móvil en Roma para evitar a las autoridades cuando visitó a su hijo en Budapest antes de ser detenido.
El padre de Rui Pinto, el hacker portugués detenido en Budapest por la revelación de los documentos de Football Leaks, tuvo que ingeniárselas para visitar a su hijo sin ser perseguido mientras las autoridades buscaban el paradero exacto de su vástago. El progenitor reconoce en declaraciones al canal de televisión del diario portugués Correio de Manhã que, para evitar que la policía portuguesa, dejó el móvil en el microondas de su casa antes de viajar a Hungría a visitar a su hijo.
"Sabía que iba a ser escuchado. Obviamente tomé precauciones y dejé el móvil en el microondas para que no consiguieran nada", dijo el padre de Rui Pinto sobre cómo preparó un viaje a Hungría para ver a su hijo. Compró otro móvil en Roma para usarlo únicamente en Budapest, sin guardar el número de teléfono en la lista de contactos. El progenitor defiende que su hijo no es ningún "delincuente", sino un "soñador" que defiende la verdad deportiva e intenta acabar con las prácticas corruptas en el mundo del fútbol.
Rui Pinto estaba desde hace años en busca y captura por la Policía portuguesa, que había emitido una orden europea de detención. Las autoridades lusas lo requerían por "tentativa de extorsión agravada" en relación con el robo de correos electrónicos a los directivos del Benfica. Desde principios de 2016, cuando salió a la luz la primera gran oleada de documentos filtrados, se conocía que el hacker de Football Leaks residía en Hungría. No fue hasta la semana pasada, el miércoles 16 por la noche, cuando las autoridades húngaras consiguieron detenerlo. Durante este tiempo han salido a la luz diversos contratos de futbolistas y otras informaciones comprometidas.
Además de publicar contratos y datos de clubes y estrellas mundiales del fútbol mundial, en su país los documentos obtenidos por Rui Pinto permitieron a la Fiscalía abrir una investigación sobre una presunta trama de corrupción para amañar partidos en la que estaría involucrado el Benfica. El club está acusado de 30 delitos y se expone a una sanción de entre seis meses y tres años sin competir.