ATLÉTICO

El filial de Óscar Fernández sobrevive a la plaga del Atlético

Suma tres triunfos y un empate en los últimos cuatro partidos con un gol en contra. Y todo con entrenamientos y convocatorias inmensamente condicionadas por las bajas del primer equipo.

Dani Sánchez

Desde hace más de un mes y medio, debido a las bajas, Simeone no puede completar una convocatoria solamente con jugadores de la primera plantilla. Fue el pasado 27 de octubre, cuando el Atlético recibió a la Real con un elenco de 18 futbolistas pertenecientes al primer equipo. Fue la última vez, desde entonces 11 partidos y una media de 2,6 jugadores del filial en el banquillo por partido. Sin contar, además, el que alguno haya viajado como le sucedió a Joaquín el sábado, y después no se vistiera. Pero detrás de eso hay una maniobra de ajustes, encajes y buen hacer de Óscar Fernández y su cuerpo técnico en el filial. Porque viene viendo como la presencia habitual de tres o cuatro de sus jugadores en las sesiones de Simeone se va ampliando más cada semana, hasta el punto de ver al técnico del filial a caballo entre el campo donde se ejercitan los suyos y el anexo donde trabaja Simeone, en contacto continuo con Germán Burgos para ver qué va a necesitar el Cholo esa semana. Más pendiente de eso casi que de adoctrinar a los suyos.

Un ejemplo se ha vivido en esta última jornada. El Atlético visitaba Zorrilla en otra semana donde cayeron Giménez y Lemar. El Cholo se tuvo que llevar a tres hombres del filial: Montero, Borja Garcés y Joaquín. Los dos primeros se sentaron en el banco, aunque ninguno tuvo que salir. Al acabar el choque, Borja y Joaquín se unieron a la expedición del Atlético B para viajar a Galicia y visitar al siempre duro Rápido de Bouzas. Ninguno de los tres jugadores había podido preparar el partido con su equipo, pero finalmente Borja y Joaquín fueron titulares. No pudieron terminar el partido, Óscar Fernández les sustituyó en la segunda parte, pero su equipo ganó por 0-1. Esos han sido los elegidos esta semana, pero en otras pudieron ser Mollejo, Toni Moya, Carlos Isaac, Tachi... Muchos.

Pero los chicos de Óscar Fernández se han sobrepuesto. Han contestado a una etapa de dificultades encadenando cuatro partidos sin perder y escalando. Suman tres triunfos y un empate, con un único gol en contra y ya son séptimos, mirando de cerca los puestos de la zona noble donde ya se manejaron la temporada pasada, en la que hay que recordar también existió el obstáculo de que hasta enero, por la sanción FIFA, no se pudo incorporar a nadie. Pero el buen trabajo de Manolo Cano la temporada pasada en el juvenil y su sintonía con Óscar Fernández ha propiciado una continuidad y una estructura sólida en el filial, que atravesó momentos de debilidad, hizo frente las necesidades del primer equipo y ya está ahí, mirando a la parte de arriba. El técnico del Atlético B tiene que lidiar con eso y observar cómo gestionan sus jugadores mentalmente la ilusión de verse en un desplazamiento europeo o jugando a las órdenes del Cholo. Porque todo cuenta. Alguno se puede despistar y le toca al cuerpo técnico ponerle los pies en la tierra. Es su trabajo.

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