Inestable, errática y valerosa
La inestabilidad actual ocurre siempre en cada cambio de ciclo. En Wembley ganó, pero sufrió, y ante Croacia tuvieron 25’ flojísimos.
Hay mucho de errático en el recorrido inicial de la Selección con Luis Enrique, con victorias resonantes frente a Inglaterra en Wembley y Croacia, subcampeona del Mundo hace tres meses, y la derrota contra los ingleses en Sevilla, partido que se acercó a una catástrofe de proporciones bíblicas. La reacción en el segundo tiempo fue tan meritoria que España impidió el menor remate a los ingleses, marcó dos goles, estrelló un cabezazo en el larguero y salió perjudicada en una inaudita decisión del árbitro.
Este viento cambiante de la Selección no corresponde sólo al partido con Inglaterra. En Wembley ganó, pero sufrió un calvario en el último cuarto de hora, incluido un gol injustamente anulado a los ingleses tras un error de De Gea. Los seis goles a Croacia enviaron al olvido los flojísimos primeros 25 minutos de España. Marcó su primer gol cuando todo indicaba que los croatas estaban a punto de cobrar ventaja. Cada encuentro ha sido un caleidoscopio de lo bueno, y a veces buenísimo, que puede hacer el equipo y de unas debilidades que contra Inglaterra fueron espantosas.
No puede extrañar la inestabilidad actual. Ocurre invariablemente en los cambios de ciclo, con jugadores jóvenes, sin acreditar todavía en el panorama mundial, precedidos por futbolistas míticos. Tres jugadores excepcionales –Iniesta, Silva y Piqué– han abandonado la Selección. Cualquiera que sea la opinión sobre sus decisiones, concedían a la Selección una fiabilidad y unos recursos que los más jóvenes no pueden alcanzar ahora, y quizá nunca. Eso lo dirá el tiempo.
Aunque Luis Enrique pretende forjar un equipo más vitalista, y no ha habido encuentro donde España no haya dejado excelentes minutos, el desempeño de la Selección ha sido desigual, como lo fue en los dos o tres primeros años de Luis Aragonés con la Selección: repesca con Eslovaquia para acceder al Mundial de Alemania 2006 y derrotas con Irlanda del Norte y Suecia en los partidos iniciales de la fase de clasificación para la Eurocopa 2008. Como ahora, España venía de un periodo de frustración y el ajuste generacional no resultó sencillo.
Todo indica que la sustitución de Piqué no será sencilla. Nacho es un jugador admirable, pero volvió a sufrir ante la potencia, verticalidad y técnica de Rashford, un fenomenal delantero desaprovechado por Mourinho en el Manchester United. Harry Kane trituró a la defensa con su facilidad para volantear, ganar en el cuerpo a cuerpo y dibujar un pase rompedor. Sterling fue indetectable. La línea defensiva –Jonny, Nacho, Sergio Ramos y Marcos Alonso– pareció demasiado nueva, demasiado ligera y demasiado ingenua.
No les ayudaron los centrocampistas. Busquets, Thiago y Saúl hablaron idiomas distintos durante todo el partido y cometieron una cantidad insólita de errores. Y, por desgracia, De Gea no tuvo la oportunidad de detener ningún remate. Los delanteros ingleses embocaron todos sus tiros.Este panorama obliga a pensar en un equipo en construcción, como no puede ser de otra manera, pero con cualidades que no merecen pasar inadvertidas: busca y encuentra el gol, tiene orgullo para resistirse a una masacre y su admirable reacción no pasó únicamente por la energía. España jugó francamente bien en el segundo tiempo, tan bien que empotró a los ingleses en su área, agobiados por la insistencia y las soluciones de la Selección española.