El horario de las 18:55 apenas repercute en los estadios pero sí en las audiencias

El nuevo horario de la Champions a las 18:55 apenas se ha dejado notar en la asistencia del público a los estadios en la primera jornada. Aunque tres de los cinco partidos que menos público atrajeron en relación con la capacidad del recinto fueron en esa franja, el Ajax-AEK Atenas, jugado a la misma hora fue el tercer partido con mejor entrada (96,76%) de la jornada, por detrás del lleno absoluto en Berna (Suiza) y el 97,05% que presentó Anfield con el Liverpool-PSG, partido estrella de la jornada inaugural.

Los partidos con menos porcentaje de público fueron el Mónaco-Atlético (57,09%) y el Manchester City-Lyon (72,8%), ambos a las también nuevas pero menos disruptivas 21:00 (las 20:00 hora local en el caso del encuentro del Etihad). Tras ellos, el Barcelona-PSV Eindhoven, que presenciaron 73.462 espectadores, ocupando un 73,94% del aforo del Camp Nou. El estreno de los azulgrana tuvo 5.000 espectadores menos que el de la temporada pasada, pero en aquella ocasión fue ante una más atractiva Juventus.

Sin embargo, la afluencia fue mayor que el promedio de la fase de grupos, que apenas superó los 60.000 espectadores tras el paso de Olympiacos y Sporting y los estragos que la crisis catalana hizo en las entradas al Camp Nou. La asistencia al partido contra el PSV también fue mayor que el promedio liguero de la campaña pasada (66.854) y el de los dos partidos de la presente (52.356 contra el Alavés y 71.892 contra el Huesca).

Donde sí se dejó notar el nuevo horario fue en las audiencias televisivas. El Barcelona-PSV fue visto el martes por 561.000 espectadores, mientras que el Real Madrid-Roma del miércoles, a las 21:00, consiguió 902.000 televidentes. El share (porcentaje de audiencia sobre el total de personas que están viendo la televisión en ese momento) fue similar: 5,9% para los azulgranas y 5,8% para los blancos.

Asistencia en el resto de estadios; en el Bernabéu, la peor entrada desde diciembre de 2015

El OSK Metalist de Járkov (Ucrania) fue el único estadio con el nuevo horario que perdió público respecto al promedio de la última fase de grupos. El feudo en el exilio del Shakhtar registró contra el Hoffenheim una entrada de 30.164 espectadores, casi 2.000 menos que la media de la 17-18, cuando se enfrentó a Nápoles (32.769), Feyenoord (24.570) y Manchester City (33.154).

En el Giuseppe Meazza, 64.123 espectadores (80,14%) se congregaron para ver el regreso del Inter de Milán a la Champions tras seis temporadas de ausencia en la máxima competición continental. En los dos partidos de la Serie A disputados hasta el momento (contra Torino y Parma), el equipo nerazzurro no había logrado alcanzar los 60.000 espectadores. La temporada pasada sólo supero la asistencia en Champions contra Sassuolo (penúltima jornada), Juventus (35ª), Torino (9ª) y en el derbi contra el Milán (8ª).

Finalmente, Ajax y AEK Atenas reunieron a 54.033 espectadores en el tercer partido con mejor entrada de la jornada en el rebautizado Johan Cruyff Arena, que la campaña pasada promedió 49.670 en la Eredivisie. El fútbol engancha en Ámsterdam bajo cualquier circunstancia. La pasada campaña se superaron los 50.000 espectadores en los dos encuentros de previas de Champions y Europa League que disputó el Ajax.

De los estadios que albergaron partidos a las 21:00 y que disfrutaron de la Champions la temporada pasada, Mónaco, Benfica y Liverpool mejoraron entrada mientras que Manchester City y Real Madrid perdieron aficionados en las gradas. La indiferencia de la afición citizen hacia la Champions es crónica mientras que el Bernabéu registró su entrada más floja (69.251) en una noche europea desde el intrascendente partido contra el Malmoe (8-0) en diciembre de 2015 (60.663 espectadores). Fue la última vez que no se alcanzaron los 70.000 espectadores en el Bernabéu. Rivales como el Legia Varsovia o el APOEL chipriota atrajeron en su día más público que el Roma.

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