LIGA DE NACIONES | ESPAÑA - CROACIA
Croacia, Modric y Rakitic elevan hoy el listón de la Selección
Segundo examen ante la subcampeona. España tiene ahora un buen juego de bandas, menos posesión abusiva pero está mal en defensa.
Con buena cara, el empujón moral de la victoria en Wembley, templo que duplica el valor de cualquier éxito, y Elche como viento de cola (18.000 espectadores acudieron al entrenamiento), Luis Enrique pasa su segundo examen en el banquillo nacional. Del primero queda ese 4-3-3 que acaba en un 4-1-4-1 en la operación acordeón para el repliegue, un buen juego de bandas, menos posesión abusiva y contemplativa, un De Gea en franca rehabilitación y el aplomo del equipo en un templo del fútbol. Para la preocupación queda una mala defensa del juego en largo y cierta permeabilidad a los contragolpes.
En cualquier caso, la Selección se mueve de palo a palo. Croacia está en la otra punta del continente futbolístico. Un equipo menos vertical pero vertebrado por el centro del campo del momento. Nadie salió con mejor cotización del Mundial que Modric y Rakitic. El madridista, Balón de Oro mundialista y mejor jugador UEFA, coqueteó con el Inter hasta alzarse con un sueldo galáctico. Al segundo le tentó el PSG y también le tocará al Barça llevarse la mano a la cartera.
De Rusia a aquí ha perdido tres valores sólidos, por razones de edad: Subasic, el portero que le llevó, de gesta en gesta, hasta la final,Corluka y Mandzukic, un incordio con pico y pala. Una selección curtida en las grandes ligas (únicamente un jugador actúa en la liga local, cinco en Italia y tres en España), que lleva tiempo haciendo piña, que está en muy buen uso (sólo Modric y Rakitic pasan de los treinta años) y con futbolistas como Perisic, que se agigantan en el equipo nacional.
Extraordinario Mundial. Su subcampeonato mundial, llegando desde atrás, fuera de los mejores pronósticos, fue un canto de resistencia a la derrota. En el Mundial eliminó a Dinamarca y Rusia, en octavos y cuartos, respectivamente, tras sobrevivir a dos tandas de penaltis. En semifinales se salvó en la prórroga tras encajar un gol de Inglaterra a los cinco minutos. Y le dio mucho trabajo a Francia en la final. Esa capacidad para moverse en la agonía la convierte en especialmente preocupante. No ha perdido ningún encuentro oficial en el año (en amistosos le ganaron Perú y Brasil) y su empate ante Portugal de la semana pasada hace suponer que sigue con el pie en el acelerador. Sólo presenta números rojos en ataque. Dalic no ha perdonado la sublevación del atlético Kalinic en Rusia y le ha dejado fuera de la convocatoria. Ante los portugueses el nueve fue Livaja, que ha pasado por cinco ligas y que en Las Palmas apenas dejó huella. Cedido por el club canario al AEK de Atenas, el curso pasado hizo diez goles y los griegos han comprado su pase este verano.
En España se esperan cambios con moderación. Luis Enrique dejó claro, con Rodrigo e Isco en las bandas, que su frente ofensivo debe tener gol y en eso anda de nuevo. Todo girará sobre Busquets, objeto de adoración táctica de cuantos entrenadores le han dirigido en el Barça y en España. Segundo capitán, resulta intocable mientras se completa el adiestramiento del atlético Rodrigo, que podría jugar hoy. También Albiol, Asensio y hasta Morata, munición en la reserva.
El fracaso en el Mundial, en cualquier caso, no ha dejado huella en la afición. El Martínez Valero de Elche registrará un lleno histórico. El aperitivo del entrenamiento y la presencia de Saúl, jugador de la tierra, anticipa que la Selección viajará en volandas. Y es que inaugurar el palmarés de un torneo nuevo se interpreta como una oportunidad única. Porque han pasado casi noventa años y Uruguay sigue presumiendo de su primer Mundial.
