NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID - LIVERPOOL

Sergio Ramos y la Champions: historia de un idilio

El sevillano busca su cuarta Champions tras haber sido fundamental en las tres anteriores que logró el Madrid. Analizamos su relación con la Copa de Europa.

Sergio Ramos y la Champions: historia de un idilio

Real Madrid - Liverpool en vivo: Final Champions League 2018 en directo

Sergio Ramos y la Champions League: un idilio sin fin, a tenor de las últimas cinco ediciones. El defensa del Real Madrid jugará su cuarta final en cinco años con la opción de lograr su cuarto título europeo, lo que le igualaría con históricos como Santamaría, Xavi, Iniesta, Etoo, Messi... En las tres Champions que logró en los últimos años (2014, 2016 y 2017) siempre tuvo un papel fundamental, a veces incluso más protagonista de lo que cabría esperar en un central.

Su registro en la Champions habla por sí solo: ha jugado 113 partidos (68 victorias, 23 empates y 22 derrotas) en los que ha marcado once goles; empata con Panucci en la cuarta posición en la lista de defensas más goleadores de la Champions, sólo superado por Alves y Piqué (12), Helguera (15) y Roberto Carlos (16). Acumula 10.019 minutos en Copa de Europa, a lo largo de los cuales ha recuperado 620 balones para su equipo (uno cada 16 minutos) y dado 6.702 pases. Pero si por algo pasará a la historia de la Champions será por sus goles decisivos y por su influencia en el triunfo final del Madrid en la competición. Lo analizamos edición a edición.

2013-14: el héroe indiscutible de la Décima

Resulta complicado catalogarle de héroe principal del Madrid que ganó un título 12 años después de la Novena de Glasgow; sobre todo, considerando que Cristiano hizo nada menos que 17 goles en aquella edición, lo que sigue siendo el récord de anotación en una temporada. Pero el peso de Ramos en aquella Champions fue más cualitativo que cuantitativo, y eso que anotó tres goles y dio tres asistencias, números más que estimables para un central. Pero más importante que el qué fueron el cuándo y el donde.

Ampliar

Primero, abrió la puerta de la final al Madrid anotando un doblete en el Allianz Arena ante el Bayern, los dos primeros goles del 0-4 final con el que el equipo de Ancelotti apagó los ánimos del equipo entonces entrenado por Guardiola, que llegaba con la obligación de remontar el 1-0 de la ida. Suficiente épica, pero lo mejor estaba por llegar: en la final, ante el Atlético en Lisboa, un cabezazo inapelable del sevillano en el 92':48'' mandó el encuentro a la prórroga cuando el equipo de Simeone ya celebraba su primera Champions, lograda para más inri ante el eterno rival. Si en la prórroga el Madrid se desató en ataque (4-1 final) para levantar la Décima, fue porque Ramos lo hizo posible.

2015-16: otro gol al Atlético con polémica incluida

Aquella Champions Ramos no anduvo tan fino de cara a la portería rival: hasta la final, ni un gol ni una asistencia, raro en un central de intenciones tan ofensivas como él. Se guardó lo mejor para el partido decisivo, jugado en San Siro (Milán) ante el Atlético, otra vez, dos años después de Lisboa. El equipo blanco arrancó claramente mejor y materializó ese dominio en el minuto 15: Kroos botó una falta, Bale prolongó de cabeza en la frontal y, en boca de gol, apareció Ramos para remachar y evitar que Oblak se hiciese con el balón con facilidad, en plena pugna con Savic.

Ampliar

Las imágenes posteriores revelaron que el sevillano estaba en ligero fuera de juego, si bien el central del Atlético estaba cometiendo penalti por agarrón sobre él; ni una cosa ni otra vio el colegiado inglés Clattenburg, sólo el tanto que subió al marcador. A diez minutos del final, Carrasco empató y mandó el partido a la prórroga y, luego, a los penaltis. Ahí también hizo su papel Ramos, lanzando y anotando, sin titubear, el cuarto penalti de los blancos. Tras el fallo de Juanfran y el gol de Cristiano, la Undécima se hizo realidad, de nuevo con la inestimable ayuda de Sergio Ramos.

2016-17: la mas discreta de las tres

En este caso sí se puede decir que Cristiano fue, sin duda, el principal artífice del título, con diez goles entre los cuartos de final y la final. Pero Ramos, como acostumbra, tuvo su participación: un gol (casi dos, como veremos a continuación) y dos asistencias. Su gran partido, sin duda, fue en San Paolo ante el Nápoles. Tras ganar 3-1 en el Bernabéu, el Madrid se preparaba para contener al Nápoles de Sarri, dinámico e imprevisible en ataque.

Ampliar

En el minuto 24 Mertens adelantó a los italianos, lo que ponía el pase en riesgo; otro gol clasificaba al Nápoles. Tras un primer tiempo malísimo de los blancos, surgió la figura de Ramos, que marcó un gol en el 51' de cabeza y luego dio otro testarazo que, tras desviarse al tocar en Mertens, supuso el 1-2, cerrando virtualmente la eliminatoria (luego Morata haría el 1-3 final). Además, el sevillano dio una asistencia durante la prórroga en la vuelta de cuartos contra el Bayern y firmó partidos excelentes en defensa tanto en semifinales, ante el Atlético, como en la final ante la Juventus.

... y unas cuantas decepciones

La historia de Ramos en la Champions es claramente optimista últimamente, pero no siempre fue así. Empezando por la 2006-07, cuando le anularon un gol legal en Múnich que hubiese clasificado al Madrid en octavos. Luego llegaría su famoso penalti a las nubes en la tanda de las semifinales de la 2011-12, ante el Bayern de Neuer (que se mofó a posteriori del sevillano, algo que éste le hizo pagar en las semifinales de la 2013-14).

Ampliar

En la 2012-13 asomaría lo que Ramos era capaz de hacer en Europa, aunque sin final feliz: en la vuelta de semifinales ante el Borussia Dortmund (4-1 en la ida para los alemanes), el Madrid llegó al tramo final con 0-0, pero se rebeló con goles de Benzema (82′) y Ramos (88′). Luego, en el último suspiro, tuvo el sevillano un cabezazo que casi entra y que hubiese supuesto el pase a la final de Wembley. Se fue por centímetros y aquello le dolió al de Camas, como dejó ver con sus lágrimas y su mensaje tras el partido: “Nos ha faltado actitud, a mí el primero”. Desde entonces, siempre aparece cuando su equipo más le necesita en la Copa de Europa.