José González busca consuelo: objetivo huir del farolillo

El Málaga se dio el domingo una alegría en mitad de una temporada nefasta e impresentable. El equipo compitió bien, mostró detalles que hasta ahora casi no se le habían visto en toda la Liga y superó con claridad al Villarreal. La afición volvió a disfrutar muchos meses después. Los blanquiazules no lograban una victoria desde el 9 de diciembre ante la Real Sociedad en Anoeta (0-2). Del último triunfo en casa había transcurrido aún más tiempo (el 19 de noviembre ante el Deportivo, 3-2). De ahí que tanto los jugadores como los aficionados no escondiesen su alegría por los tres puntos conseguidos.

Aun así, la permanencia, a 11 puntos, sigue sonando a quimera. Las cábalas obligan al Málaga a sumar, como mínimo, siete victorias en los ocho encuentros que restan. No parece viable. Desde el vestuario afirman públicamente que no se van a rendir mientras el descenso no sea matemático. Siendo conscientes de que salvarse es prácticamente imposible y que desde el propio club llevan semanas trabajando dando por segura la presencia la próxima temporada en Segunda, el objetivo mínimo es acabar la temporada con dignidad y sumando el máximo número posible de puntos.

No acabar la temporada como colistas es el primero de los propósitos que barajan José González y sus futbolistas a día de hoy. Y está a tiro del próximo partido. Una victoria el viernes en Riazor sacaría al Málaga del último puesto de la clasificación 11 jornadas después.

Los hay que se resisten a dejar de creer y ese partido en A Coruña es una especie de última oportunidad definitiva. Todo lo que no sea ganar al Deportivo significará el adiós a Primera hasta para quienes se niegan a bajar los brazos.

Para ello es imprescindible mantener el nivel de mejoría experimentado en los últimos encuentros a nivel defensivo. Y mostrar una mayor capacidad ofensiva. Y es que el Málaga suma 242 minutos sin encajar un gol. Pero acumulaba 474 minutos de sequía en ataque cuando el Chory Castro marcó el penalti que le dio la victoria ante el Villarreal.

La falta de fútbol y de gol han sido dos de las grandes rémoras de la temporada. Falta demasiada calidad en ataque y los jugadores llamados a generar más desequilibrio no han estado a la altura en lo que va de campeonato. Ni los que estaban ni los fichajes han dado la talla. La hinchada espera que al menos esta victoria suponga el inicio de un digno final a una pésima temporada.