Espanyol y Villarreal son enemigos íntimos

Más caras conocidas que en una fiesta de antiguos alumnos se reencontrarán este domingo en el Espanyol-Villarreal, que si se añaden a quienes ya no están porque emigraron a terceros clubes conformarían una plantilla completa. Y de garantías.

Gerard Moreno, con quien pericos y amarillos siguen compartiendo derechos al 50 por ciento, es la bandera de esta conexión constante entre entidades, cuyo último capítulo se vivió hace apenas un par de semanas, con el traspaso de Javi Fuego al Submarino por una cantidad no desvelada, pero que ronda los 750.000 euros (más la llegada al Espanyol B de Genís Montolio). Resulta curioso que, en tres años exactos, el Villarreal ha pagado ya a los blanquiazules 10,45 millones en traspasos de jugadores, ya que a Fuego hay que añadir los cuatro que abonó en verano de 2016 por Álvaro González y los 5’7 con los que se llevó, en enero de 2015, a Eric Bailly.

La salida del marfileño se hizo en contra de la voluntad de un Espanyol que no pudo retenerlo por sus graves problemas de tesorería y, de hecho, se convirtió en una bicoca para el Villarreal, que lo vendió año y medio después al Manchester United por 38 millones. Un negocio redondo.

El Submarino, por su parte, ha ingresado 1’8 millones procedentes de Cornellà-El Prat desde 2012: 300.000 ese verano por Wakaso Mubarak y los 1’5 de Gerard, en 2015, quizá la mejor inversión de los pericos en mucho tiempo.

Y luego están los que no pasaron directamente de un club a otro, como Diego López, Leo Baptistao y Víctor Ruiz. O, en el pasado, Joan Capdevila, Roger García, Armando Sá...