Pochettino salió con Kane, Dele Alli y el resto de su arsenal desde el inicio pero su equipo volvió a sentirse otra vez como un extranjero en Wembley. Ya se había dejado puntos en sus primeros tres partidos como local (dos empates y una derrota) y estuvo cerca de otro traspié ante un Bournemouth que llegaba a Londres penúltimo y con sólo cuatro puntos en su casillero.
La primera mitad fue especialmente preocupante para el rival del Real Madrid en la Champions. Los Spurs llevaron la iniciativa pero ni siquiera el buen momento de forma de Harry Kane (15 goles en los partidos anteriores) les sirvió para poner en apuros a Begovic. De hecho, tuvieron que dar gracias a Lloris de llegar con 0-0 al descanso después de que el portero francés evitara con una gran estirada lo que habría sido el 0-1 en contra del Dier en propia puerta.
Pochettino cambió a defensa de tres en el descanso y su equipo encontró casi de inmediato el 1-0 por medio de Eriksen. El gol impulsó a los Spurs y Kane pudo hacer el segundo de la tranquilidad poco después. Sin embargo, la mejora tuvo efecto gaseosa y se diluyó mientras los jugadores empezaban a pensar en el Madrid y el Bournemouth se lanzaba a la desesperada a por el empate. Entonces, Lloris tuvo que aparecer otra vez para detener un disparo de Defoe y dar al Tottenham sus primeros puntos como local en los que va de Premier League.
