Kubala: una pizarra adelantada a su tiempo
Debutó como seleccionador con dos goles fabricados en la pizarra y a Alemania le hizo otro. Sus jugadores recuerdan a Laszly como un “técnico innovador”.
"El primer gol fue auténticamente latino, realizado con picardía y perfectamente estudiado. Sólo puedo felicitar a Kubala por su trabajo táctico previo”. La frase la pronunció el 12 de febrero de 1970 Helmut Schön, seleccionador de una todopoderosa Alemania en la que militaban jugadores de la jerarquía de Vogts, Schnellinger, Müller, Netzer, Libuda o Seeler. España acababa de derrotar a la Maanschaft en el Sánchez Pizjuán con dos goles de Arieta y el laboratorio de Laszly había triunfado sacando petróleo en un partido que elevó la autoestima de una España pujante.
Kubala se había hecho cargo de la Selección unos meses antes, y ya ofreció un par de apuntes en su par tido de debut, que midió a La Roja (el franquismo no aconsejaba esta denominación) con Finlandia en La Línea de la Concepción. A los cinco minutos Pirri rentabilizó una iniciativa de Kubala, al rematar un córner a gol. Un balón centrado por Amancio. Era el primer gol. El último repitió asistente y procedencia, pero fue rubricado por Quero, quien cerraba el 6-0 a falta de cinco minutos para la finalización.
“Kubala, un adelantado a su tiempo. Sin duda, tenía que ver mucho su pasado como futbolista. Y no como uno cualquiera, ¡como el mejor! Recuerdo que siempre me decía: ‘Rubén, debes desmarcarte al lado contrario al que viene la pelota. Busca el espacio, no la pelota’. El gol que marqué en Yugoslavia tiene que ver con todo lo que me enseñó él”. Habla Rubén Cano, el autor del gol en la Batalla de Belgrado, el partido más trascendental de la era Kubala como seleccionador.
Paco Melo sólo disputó dos par tidos con España a las órdenes de Kubala, pero fue convocado en otros cinco. Entre ellos alguno de los grandes momentos de la era Kubala. Como el triunfo ante Alemania en Sevilla, la victoria sobre Grecia en Zaragoza o el histórico partido del Bernabéu frente a Italia. Un partido que se complicó, al adelantarse la azzurri (0-2). Sin embargo, en la segunda parte los españoles lograron rescatar un empate que supo a victoria. Melo realiza una radiografía del seleccionador: “Kubala, como técnico, era una persona muy didáctica. Bajaba mucho al campo, al nivel del futbolista, para explicarte lo que te pedía. Conocía cada secreto del juego, y pese a ser mayor, mantenía esa calidad en el golpeo. Futbolísticamente destacaría su audacia táctica. Era un entrenador adelantado a su tiempo. Proponía los partidos con el balón en los pies, apostando por la calidad en tiempos de desarrollo físico. Era minucioso en el trabajo y siempre tenía la mejor frase y la mejor palabra para cada jugador. Nos mimaba”.
Kubala se ganó la admiración en el campo como jugador y el cariño de todos como seleccionador. Y siempre se despedía con su eterno “chicos bien y moral óptima”.