El Mirandés desarbola a un Málaga sin plan ni fe

El Mirandés se lleva una renta muy escasa para La Rosaleda habida cuenta de sus merecimientos, muy superiores a los de un Málaga cuyo plan B no mejoró a su depauperado plan A. Los rojillos tuvieron mayor empuje y afrontaran el partido de vuelta con la segudirad de que este colectivo blanquiazul no da para más.

El Málaga reservó a nueve titulares habituales, Kameni, Rosales, Weligton, Amrabat, Duda, Juankar, Recio y Charles. Ochoa salió como es preceptivo en Copa y Filipenko, casi un año después de su fichaje, en el invierno del año pasado, jugó su primer partido como titular. El Mirandés por su parte guardo a seis, Sangalli, Kijera, Lago Junior, Rúper, Néstor Salinas y Galán, pero mantuvo el armazón de su ya popular 3-3-3-1.

A los cinco minutos un centro de Ricardo Horta es incrustado en el larguero por Tighadouini Este mismo jugador pone a los 31 minutos un balón de oro al que Horta no llega por su falta de fe. El Mirandés ponía más de su parte y a los 34 minutos, tras un lanzamiento de córner se produce un barullo en el área chica que resuelve Álex García incrustando el balón lejos del alcance de Ochoa. Anduva enloquecía. Con este 1-0 se llegó al descanso.

EL segundo tiempo arranca con el segundo remate a la madera del Málaga, esta vez de Horta, quien ya se tropezó con la madera en Cornellá contra el Espanyol. Siete minutos después, un centro de Fabio Espinho da en la madera y el rebote es aprovechado por Roque Santa Cruz, que se estrenó como capitán, para hacerlo también como goleador. El Mirandés no se desanimó y a los 62 minutos Ochoa le ganó a Ion Vélez un mano a mano con olor a red. El Mirandés achuchaba y a los 72 minutos un centro de Sangalli, fue rematado desde cerca por el marfileño Lago Junior. Gracia, de inmediato, sacó a los chavales, Pablo Fornals y Ontiveros. Pero quien pudo hacer el 3-1 fue el Mirandés. Lo hubiera merecido.