Raphael: “Este Atlético de Madrid es un ¡es-cán-da-lo!”
La plantilla rojiblanca, el cuerpo técnico y la directiva vivió una tarde especial, en un pase privado de 'Mi gran noche', última película de Álex de la Iglesia, con los actores.
Lunes. 18:01 horas. Los alrededores de los cines Kinépolis, Ciudad de la Imagen, Madrid, parecen como barridos por la lluvia del día anterior. Por la calle apenas hay nadie. Pero los pocos que hay, algún curioso, dos chicas, un niño y su padre, se apelotonan tras la puerta acristalada de la entrada al Espacio Lumiere. Porque ahí acaba de llegar el Atleti para vivir una gran tarde a costa de Mi gran noche, la última película de Álex de la Iglesia, producida por Enrique Cerezo, que se estrena en cines este viernes 23.
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Y es que ayer los dos mundos de Cerezo se unieron dos horas. A un lado el fútbol, con la plantilla del Atlético, el cuerpo técnico, Gil Marín, Berta o Caminero. Al otro, el cine, representado por nueve de los actores de Mi gran noche y su director. Juntos, todos, la vieron, en un pase privadísimo, en la sala 25, la más grande, del Kinépolis. Pero antes, tocaba presentar. Y se encargó Cerezo que, a pesar de tener roto un dedo del pie, fue un perfecto maestro de ceremonias ante el photocall, donde un miembro del plantel entregaba por turnos una camiseta a cada artista.
Simeone se la dio a Álex de la Iglesia, Godín a Carolina Bang, Gabi a Mario Casas o Torres a Santiago Segura que clamó: “Si esto lo vive mi cuñado, se vuelve loco...”. El que más se emocionó fue Raphael, que cogió la suya de manos de Koke: “Ay, si me viera mi padre... ¡Con lo del Atleti que era!”. Luego, el cantante se lo explicó a la Prensa: “Era rojiblanco hasta morirse... A mí me gusta mucho este Atleti. Va como una moto, como tiene que ser. Es un es-cán-da-lo”.
Casas, mientras, alucinaba por compartir cine con El Niño. “¡Yo quería hacerme la foto con él, pero Santi se me adelantó! Es que tener una foto con Torres, imagina...”, bromeó, aunque luego se puso serio al hablar de la película. “Espero que les guste y les haga reír”. Raphael y Mario son, precisamente, sus protagonistas: encarnan a dos cantantes que rivalizan en una gala de Nochevieja contada muy De la Iglesia. O sea, risas seguras.
Y las hubo en esa Sala 25 donde Cerezo volvió a presentar a futbolistas y actores: “Esto son dos horas de desconexión para olvidar la tensión de los partidos”, pidió. Apostilló Segura: “¡Esto sí que es un presidente, que os invita a palomitas!”. Y se hizo el silencio. Empezaba Mi gran noche sólo para ellos. Eran las 18:20. Y fuera, tras la puerta acristalada, ya no quedaban ni curiosos.