El sueño de la Real Sociedad

Lyon amanece azul y blanca, engalanada por las estrellas de la Champions, las que todo el mundo persigue al son de su angelical melodía. También la Real. Su gran temporada pasada le sitúa a las puertas de disputar la mejor competición de clubes del mundo. Un honor para un equipo de cantera, gente entregada hacia un escudo y unos colores, que para saborear tan privilegiado regusto deberá eliminar antes al Lyon en la ronda previa.

No es rival cómodo, nunca lo fue, pero si alguna vez la Real pensó en superar al conjunto galo en la Champions ese momento es ahora. Remi Garde ha revolucionado al club introduciendo a gente joven y ello implicó que se fueran sus más rutilantes estrellas y se abriera paso a jóvenes con proyección como Benzia, Lacazette, Umtiti y, sobre todos ellos, el genial Grenier.

Bajas. Futbolistas de clase, pero sin experiencia. Como la Real. Ahí se iguala el aspecto en el que más podía flaquear el conjunto txuri-urdin, que de ilusión va sobrada. Superar esta última criba sería la guinda perfecta al trabajo realizado el curso pasado con Montanier, que hoy verá el partido como técnico del Rennes.

Hoy no estarán los lesionados Estrada, Mikel González y Agirretxe, pero sí los Griezmann, Vela, Xabi Prieto o Seferovic. Además, Granero podría disputar sus primeros minutos con la camiseta realista. Suficientes argumentos. Eso, más los 4.000 aficionados donostiarras que se dejarán la garganta. Y no es para menos. Después de Lyon viene la gloria.