Galatasaray - Real Madrid

Una llegada plácida a Estambul y sin ningún testigo del Madrid

La expedición del Real Madrid salió por una terminal militar a cuatro kilómetros del aeropuerto de Estambul. Mourinho viajó sin Kaká y se llevó cuatro porteros.

Jesús Aguilera

Turquía recibió a los jugadores del Madrid con un intenso frío (seis grados), viento y lluvia, nada habitual en estas fechas en Estambul, una ciudad rodeada de mar. La expedición, comandada por el presidente Florentino Pérez y José Ángel Sánchez aterrizó ayer pasadas las 22:30h. en el aeropuerto de Ataturk. Mourinho viajó sin Kaká, lesionado, y con cuatro porteros: Casillas, Diego López, Adán y Jesús.

Pero hubo un importante cambio sobre lo previsto en el plan inicial. Tras comprobar que era muy difícil mantener las medidas de seguridad mínimas para la evacuación del equipo en la terminal de pasajeros, los jugadores tuvieron que salir por otra terminal, situada a unos cuatro kilómetros. Por la denominada General Aviation Terminal, reservada para los militares y las autoridades políticas. "Era como un avispero de gente", se escuchó en las primeras valoraciones del cuerpo de seguridad blanco. Más aún, cuando estaba prevista la asistencia de 1.000 hinchas del Galatasaray que querían dar la bienvenida al Madrid y, de paso, protestar por lo que ellos entendieron como un "trato deficiente de la policía en España". Finalmente, la directiva del Galatasaray consiguió anular la asistencia de los ultras al aeropuerto, pero aun así, los 400 metros que los jugadores del Madrid tenían que recorrer por la terminal de pasajeros del Ataturk hasta llegar a su autobús seguía siendo un quebradero de cabeza para Julio Cendal, el jefe de seguridad del Madrid: "Sería muy difícil sacar a Cristiano entero de aquí".

Y eso a pesar de que las autoridades de Estambul no escatimaron en efectivos: hasta 80 policías que sólo tuvieron que emplearse con los reporteros gráficos y periodistas. Ni un alma más pudo acceder a tan privada terminal.

Recibimiento. Los jugadores fueron saliendo uno a uno, en la más absoluta tranquilidad. Mientras, los aficionados turcos del Madrid que se acercaron al Ataturk se iban yendo, decepcionados, al saber que sus ídolos no aparecerían. También fue un recibimiento tranquilo para Özil, al que la gente aquí no tiene mucho aprecio desde que eligió jugar con Alemania y no con Turquía pese a tener pasaporte y antepasados turcos. Cuando su figura apareció, el revuelo de flashes y los gritos de los reporteros para llamar su atención dieron una idea clara de lo que significa su presencia.

El técnico viajó con su hijo Zuca

Entre tanto policía y miembro de seguridad del aeropuerto, la presencia de un niño pasó inadvertida. Pero cuando Mourinho entró al autobús, se sentó en la segunda fila (en lugar de en la primera, como siempre) junto al pequeño. Los periodistas comenzaron a reparar en él. "¡Es el hijo de Mourinho!". El técnico rompió la rutina de un viaje de Champions con la compañía de su hijo Zuca.

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