Cristiano Ronaldo, a sólo dos goles de Alfredo Di Stéfano

Cuando las televisiones inglesas le preguntaron a Cristiano tras el partidazo de Old Trafford que si aspiraba a regresar algún día a Manchester, el crack portugués respondió con elegancia pero sin ambigüedades: "Hay sentimientos que no se olvidan por el cariño que aquí me dieron, pero estoy feliz por dentro porque lo que más quiero siempre es ganar y que el Madrid avance paso a paso hacia la final de la Champions League".

Más retos. Esa ambición genética, alimentada por su difunto padre desde que el niño Cristiano corría tras una pelota de trapo por las calles de Funchal, le está llevando a pulverizar todos los registros con la camiseta del Real Madrid. Con el gol de Old Trafford ya suma 47 en la Copa de Europa, dejando atrás a su compatriota Eusebio (46) y, lo más importante, quedándose a sólo dos de la gran leyenda viva del madridismo y jugador al que el 7 aspira a alcanzar en el trono histórico del club: Di Stéfano. Los 49 goles de La Saeta Rubia podrían ser alcanzados en el cruce de cuartos de final (el viernes 15 de marzo se sabrá el rival de los blancos).

Es llamativa la madurez que ha alcanzado Cristiano con la camiseta blanca. En el Bernabéu ha firmado 31 goles en Champions en sólo 36 partidos disputados (0,86 de promedio). Sin embargo, en el Manchester United sólo logró 16 en 58 encuentros (0,27). Ello significa que en el Madrid ha triplicado su eficacia goleadora en la máxima competición continental.

No hay que olvidar que desde que firmó con los blancos en julio de 2009, Cristiano lleva 186 goles en 185 partidos jugados, superando la increíble barrera del gol de promedio (1,01). Además, su tanto del martes ante los red devils es el gol número 40 que logra esta temporada (24 en Liga, 8 en Champions, 6 en Copa y 2 en Supercopa). En el mejor de los casos le quedan esta temporada 18 partidos más (12 de Liga, 5 de Champions y la final de Copa), lo que le dejará otra vez, si mantiene sus habituales promedios, en torno a los 60 goles. Pero él mismo ha confesado que cambiaría sus goles por jugar la final de Wembley el 25 de mayo.