La contracrónica

Baile en el Pizjuán

El Atlético de Madrid no pasó apuros en Sevilla y Nervión se tuvo que rendir a la evidencia: ahora mismo los de Simeone son mejores que los de Emery.

Estaba escrito. Aquel 27 de junio de 1992 fue uno de los días más bonitos para muchos aficionados del Atlético. Ver a los seguidores rojiblancos botar y cantar de alegría en el Bernabéu tras ganar al Real Madrid la Copa del Rey es algo difícil de olvidar. Uno, por supuesto, no lo ha hecho nunca. Es de esos momentos que quedan para siempre. 21 años después se repetirá ese encuentro. Habrá que aguantar el cachondeo de los madridistas que se sentirán, cómo no, superiores. Como aquella bonita noche veraniega. Pero por encima de las bravuconadas nos respetan. De lo contrario, peor para ellos. Aguantaremos hasta que llegue el choque, como aguantó el equipo el tipo en el Pizjuán. El Atlético no dejó margen a la emoción: hoy por hoy el conjunto madrileño es más y mejor que el sevillista. Ha costado, pero el mejor Atleti está aquí.

De la mejor manera. El Atlético se clasificó para la final de la mejor forma posible, dejando en la cuneta a un enemigo directo, a un equipo con el que los triunfos parece que valen doble. Así lo festejaron los aficionados  rojblancos en Nervión y así lo hicieron los futbolistas también en el césped, bailando y dedicándole el triunfo a sus aficionados. Los mil hinchas que se desplazaron hasta la ciudad andaluza vibraron con los suyos. La afición del Sevilla apretó pero este ambiente fue un trampolín para un equipo que se siente cómodo en los grandes retos.

Cerezo y su cumple. Cerezo se desplazó por la mañana a Sevilla y pudo celebrar su 65 cumpleaños a lo grande. El presidente rojiblanco vivirá su sexta final, después de la copera del 2010 y de las de Europa League y Supercopa europea. Quitando a los dos grandes posiblemente no muchos puedan decir lo mismo. Los tiempos en los que el presidente sólo tenía que salir a dar la cara para explicar cosas negativas han pasado ya. Enhorabuena a Cerezo y a todos para los que ese himno y ese escudo nos hace sentirnos especiales y diferentes.

Simeone. El Cholo logró la Copa como jugador y la quiere también como técnico. Ese Simeone que jugó en el Sevilla pero al que el club que le marcó fue el Atlético. Luis y Ovejero la ganaron también en el césped y en el banquillo. El argentino ha sido el gran fichaje rojiblanco de estos últimos años. Cogió a un equipo depresivo y ganó dos títulos. Y va por el tercero en un año y pocos meses. Gracias por volver a hacernos sentir importantes.

Puñales. Falcao y Diego Costa anotaron los goles. El colombiano es ya el quinto extranjero que más tantos ha hecho con el equipo rojiblanco en su historia. Lleva 63 y superó a Cabrera. Por delante sólo están Agüero, Forlán, Mendonça y Hugo Sánchez. El Tigre, poco a poco, recupera la forma. En sus finales, todas europeas, hizo un gol en la primera (con el Oporto), dos en la segunda (ante el Athletic) y tres en la tercera (frente al Chelsea). Escrito está. Lo de Diego Costa es ya de otra dimensión. Le pegaron lo que no está en los escritos, pero lo soportó todo. Por eso la hinchada le adora. Lleva ya 13 goles y siete asistencias. Medel y Kondogbia quedaron retratados en sus jugadas. Allá ellos. Sus patadas serán repetidas hoy mil veces por televisión. Como la cobarde entrada por detrás de Coke. Cuanto los rivales estén más pendientes de atizar al brasileño, menos estarán en el juego. Quedan tres meses para la final. Y en algo nadie gana al Atleti: en ilusión y en fe. Como la que tuvo ayer en Nervión.

Lo más visto

Más noticias