Con la obligación de tener la pelota y asediar, el Real Madrid se atasca. Sucedió en Granada. Sin intensidad ni fútbol, el técnico tiró un nuevo pellizco a sus hombres.
Mourinho entró en la sala de prensa de Los Cármenes resoplando. No había comparecido desde el 12 de enero (empate en El Sadar). Pero la quinta derrota en Liga (octava de la temporada) le obligó a dar la cara en Granada. Y no dudó en dar otro pellizco de monja a sus jugadores, algo que ya es habitual esta temporada. "Sé por qué algunos jugadores estaban cansados, porque jugaron un partido de gran intensidad (ante el Barça), pero no sé por qué otros estaban cansados si ante el Barça estaban en el banquillo o en la grada". Directo a la mandíbula. Di María, Coentrao y Ramos (en la grada en el Clásico) y Modric, Marcelo e Higuaín (en el banquillo) quedaban señalados. Mourinho se quejaba de la indolencia de sus hombres, que se relajaron después de la intensidad de los tres partidos de Copa ante Valencia y Barça. Prueba de ello es que en el Clásico el Madrid hizo 19 faltas y ante el Granada, sólo siete. En su comparecencia, Mourinho dejó otra perla: "Cuando se gana es por la autogestión de los jugadores y cuando se pierde el responsable soy yo".
Llueve sobre mojado con las críticas a sus hombres. Comenzó en Getafe: "Fue un partido inaceptable, horrible y ahora se lo diré a mis jugadores". En el Pizjuán se desató: "Habría cambiado a siete al descanso. No tengo equipo. Hay pocas cabezas comprometidas". En el Villamarín repitió: "Hay que sacar fortaleza y ambición (y mencionó el esfuerzo de Stepanek, de 34 años)". En Balaídos ironizó con Benzema: "Varane lesionado (terminó de delantero) hizo más que otros. La lluvia, el viento...". Y tras el 2-2 ante el Espanyol comparó con malicia: "Cristiano jugó bien, los demás, no...". La última, en Granada.