Festival en El Arcángel

Hace poco más de un mes, el vibrante partido vivido ayer en El Arcángel era un imposible. El Recre estaba muerto y ha sido resucitado por Carlos Ríos, que sigue invicto. El Córdoba también pierde poco, pero para ganarle a alguien necesita un sobreesfuerzo tremendo. El precioso empate a tres que ayer firmaron ambos no dejó contento a ninguno. Los dos pudieron ganar, pero hicieron aguas atrás. Nada hacía presagiar el ritmo de arrancada del derbi. Llegadas desde el primer minuto, triangulaciones bien ejecutadas y descaro de ambos equipos. Gracias a la poca intensidad se vio un primer cuarto de hora de fútbol, y no es fácil en Segunda. Con Jesús Vázquez de capitán general, los albiazules tienen la lección bien aprendida. Las cosas así son más fáciles para el Decano.

Una intercepción del de Santa Olalla posibilitó una minicontra del Recre que Pablo Sánchez con un exquisito pase y Aarón con una pulcra definición convertían en el 0-1. Primera llegada albiazul y premio. Corto premio. Nada más sacar llegó el momento para Pepe Díaz. El cordobés despedía su ansiedad y se estrenaba esta temporada: recorte para dejar sentado a Mora y gol. Uno a uno. Primera llegada blanquiverde y premio. Todo igual que antes. A Alcaraz le alivió el resurgir de Pepe Díaz y pidió a los suyos concentración. En vano. El Recre veía caminos abiertos, pero fue Oriol quien aprovechó el suyo. El catalán está en racha, algo que no supo recordar Aitor, quien se quedó clavado viendo cómo el cordobesista encaraba solo a Fabricio y le batía por alto. Lamas fue más lento. Segunda llegada blanquiverde y premio.

Nervios.

Habían pasado 19 minutos pero muchas cosas, como que al Recre le habían marcado casi los mismos goles que en los seis encuentros desde que llegó Ríos. Era real, pero no justo. Y menos después de un tiro al poste de Pablo Sánchez. Segunda llegada albiazul. No hubo premio.

La segunda mitad fue igual de bien jugada por todos menos por las líneas defensivas. El Recre estaba obligado a atacar. Lo hizo y bien. Un bonito triángulo dibujado por Aarón, Pablo Sánchez y Rafita acabó con gol del balear. Los de Ríos se crecieron y aparecieron los nervios en la grada: gritos pidiendo la marcha de Alcaraz. ¿Demasiada exigencia? Quizás. Quedaba media hora. Y mientras Navas salvaba el 2-3 entró en acción Kepa. Su fe en un balón fácil para el meta blanquiverde y la relajación de éste provocó el 2-3. Aumento de decibelios en la grada, que todavía señalaba a Alcaraz cuando Oriol (otra vez Oriol) era el más listo y cazó un envenenado pase de Callejón. Tres a tres. Justicia. Espectáculo, goles y diversión. Quedará eso, un bonito derbi andaluz. Que no es poco.