Pachanga entre amigos y permanencia del Huesca

Los mejores del partido fueron los más de 4.000 valientes que acudieron al estadio de Balaídos. Si el mundo fuera justo, deberían haber recibido un sobre con dinero al acabar el choque, porque soportar más de hora y media viendo un encuentro tan soporífero no tiene precio. Muchos se molestarán cuando se insinúe la posibilidad de que el duelo estuviese amañado, pero es que realmente lo pareció. Hay pachangas de playa con mucha más intensidad.

El Huesca no quiso sorpresas y liquidó el encuentro por la vía rápida. A los nueve minutos ya había alojado el primer balón en la red, pero el tanto fue perfectamente anulado por una clara mano de Moisés. Sólo un minuto después, los aragoneses volvieron a batir a Yoel y esta vez el gol sí fue válido. Sorribas metió un gran pase entre líneas y Mikel Rico recibió el esférico ante la pasividad de la zaga celeste. El vasco, solo ante el portero vigués, hizo el primer tanto de los oscenses sin ninguna oposición. Todo el banquillo azulgrana saltó como un resorte a celebrar el tanto que les daba la salvación, para alegría del medio centenar de aficionados que había en la grada.

Lamentable. El único jugador celeste que pareció no enterarse de qué iba el tema fue Papadopoulos. Quizá su pobre castellano no le permitió entender que el Celta no podía ganar el partido. Yoel también tuvo alguna intervención de mérito. Quizá porque no estaba dispuesto a llevarse un saco para casa. El resto, de paseo. Nunca se sabrá si fue un amaño (o sí), pero lo pareció de principio a fin.

La última media hora del encuentro fue un acto denunciable. El Celta, jugando en horizontal y frenándose en los últimos metros para no hacer daño al rival. Parecía que el conjunto vigués era el que iba por delante en el marcador y que su única misión era perder tiempo para que se terminara el partido cuanto antes. Ante este panorama el Huesca se sentía muy cómodo y no vio peligrar la victoria en ningún momento. Repito, nunca se sabrá si fue un amaño (o sí), pero lo pareció de principio a fin. Bochorno en Balaídos para terminar la temporada.

Calderón: "Estamos todos muy alegres"

"Es una satisfacción enorme y estamos todos encantados por la salvación. Tengo que agradecerle a los jugadores el esfuerzo de toda la temporada y por hacer posible el sueño de la permanencia. Se sufrió mucho a lo largo del año y hubo momentos de duda, pero al final se consiguió el objetivo. Estamos todos muy alegres".

Eusebio: "Llevaré al Celta en el corazón"

"Ha sido un orgullo y un honor entrenar a este club y le deseo todo lo mejor en el futuro. Tengo claro que siempre llevaré al Celta en mi corazón. Lo que me queda es mucho agradecimiento por todo lo que me ha dado este equipo y mis deseos de que le vaya siempre muy bien. Fue un día muy especial para mí. Hasta siempre".