Y de postre... la Copa

Tras el atracón de excesos de Nochevieja llega la Copa del Rey. Un cartel, el Murcia-Valladolid, que se está convirtiendo en todo un clásico de las últimas efemérides del cuadro grana -los de Mendilibar 'estrenaron' con goleada la Nueva Condomina y que hoy marcará el punto de partida al año del Centenario del Murcia. Para ambos el torneo del KO viene a ser como un postre, que no bastará para alimentar las ilusiones del nuevo año si no hay buena 'pitanza' liguera, pero que con la permanencia bien encarrilada, se puede convertir en un bocado 'aristocrático'.

Dos equipos tan serios como sus técnicos, tan de perfil bajo que si no juegan al límite se convierten en vulgares y tan equilibrados que garantizan todo lo que se le presupone a un duelo copero: tensión, emoción y una incertidumbre máxima. Para terminar de dibujar la paridad absoluta, súmese 1-1 de la ida y el conocimiento extremo que ambos se tienen. De entrada, tanto Alcaraz como Mendilibar darán cancha a los menos habituales, a esos a los que tanto el granadino como el vasco cuidan con mimo sabedores de la importancia que en sus casetas tiene que el bloque no presente fisuras y que el rebaño vaya siempre en la misma dirección. En el Murcia Carini tendrá nueva una oportunidad bajo palos, lo mismo que el 'capi' Cuadrado, Jofre, Gallardo...

Reivindicativos.

En el Valladolid, más necesitado tras sus últimos fiascos, también 'lucirán' Estoyanoff, Kome, Ogbeche... todos con ganas de agradar. Será por tanto un duelo entre los dos fondos de armario de dos escuadras que apelan al utilitarismo extremo, plagadas de tipos muy profesionales que diría el inigualable Manquiña en Airbag y que intentarán iniciar bien el 2008. Para seguir vivos en esa Copa que viene a ser el único 'oasis' del curso para tomar impulso para su verdadero objetivo: quedarse en Primera.