Una de las grandes potencias africanas de los últimos años, sin embargo no ha podido traducir en títulos todo el poderío que ha exhibido en torneos y competiciones oficiales. Sin duda táctica y defensivamente se puede incluir a Ghana entre las selecciones más organizadas del Continente y la llegada del israelí Avram Grant al banquillo no hizo sino reforzar tal estatus. Tuvo el título de la Copa de África al alcance de la mano en la final de la última edición que perdió por penaltis ante Costa de Marfil y volverá a partir entre las favoritas aunque no gana el torneo desde 1982. Sin embargo, la fortaleza de su bloque y la presencia de jugadores contrastados como los hermanos Ayew y también de su gran goleador, Asamoah Gyan, les permite soñar con alcanzar cotas tan altas como las del Mundial de Sudáfrica, en el que a punto estuvieron de clasificarse de manera histórica para unas semifinales. Quizá sea esta una de las últimas oportunidades para una generación ghanesa que pasará a la historia, aunque más lo haría si logra el ansiado título africano.
A punto estuvo de entrar en la puerta grande de un club histórico como el Chelsea conquistando la Champions (la perdió por penaltis ante el United), pero después de aquello su carrera ha ido dando tumbos hasta terminar, después del Mundial de Brasil, en la selección de Ghana. Rozó el título de la CAN un año después y aspira a lograrlo ahora.
Leyenda del fútbol ghanés, lo hecho por este delantero en Mundiales y Copas de África está al alcance de muy pocos jugadores africanos. Se fue hace tiempo al fútbol emiratí a ganar dinero pero nunca ha dejado de marcar goles. Con el inconfundible 3 a la espalda, volverá a ser la referencia ofensiva de los ghaneses.
Desde que brillara la generación Sub-20 en el Mundial de 1999, Mali ha sido un equipo habitual en fases finales y últimas rondas de campeonatos como este. De hecho fue tercera en 2012 y 2013, cuando ya la quinta de Seydou Keita empezaba a estar claramente desgastada. Afortunadamente para sus intereses, Mali ha sido más que el exjugador del Barcelona durante estos últimos años y tendrá que volver a serlo a partir de ahora, ya con su gran emblema -máximo goleador y con más presencias internacionales en la historia de la selección- fuera del equipo. De ello se encargará desde el banquillo otra leyenda de su época como Giresse, que quiere aprovechar el buen trabajo táctico de técnicos anteriores para hacer de Mali el equipo competitivo de siempre. Han ido cayendo algunos jugadores importantes como el propio Keita, aunque en el relevo generacional (Koné, Coulibaly, Bissouma, Doumbia, Adama Traoré...) está el secreto para ser el mismo equipo reconocible y competitivo de los últimos años. Sigue saliendo talento de su base y eso es lo importante.
Todo un mito del fútbol francés por su época como jugador en los 80, como técnico no le ha sido tan fácil despuntar y ha terminado por hacerse un hueco en selecciones africanas. Dirigió sin mucho éxito a Gabón y Senegal, pero con la que tuvo más suerte y por eso ha vuelto fue con Mali, a la que hizo tercera en 2012. Segunda etapa al frente.
El vacío que deja la marcha de Seydou Keita de la selección es difícil de reemplazar, pero hay jugadores a los que se les debe exigir tirar del carro de esta Mali y uno de ellos es el delantero Marega. Fichado por el Oporto tras un buen rendimiento en Marítimo, fue cedido al Guimaraes y está viendo puerta con facilidad. Un goleador contrastado.
Necesitaba un país como Egipto alguien que le ordenara las ideas futbolísticas y le devolviera la confianza a una selección de la grandeza de la egipcia. Esa persona ha sido Héctor Cúper, que también andaba necesitado de un éxito como el que ha supuesto devolver a los faraones a la escena principal del fútbol africano tras tres ediciones de la CAN sin estar presentes. Para más inri, en el camino dejaron a la actual campeona Nigeria empatando con angustia en tierras nigerianas y ganando luego en casa en un partido para la historia. Egipto, que tiene siete Copas de África en sus vitrinas, volverá a codearse con los mejores y podrá así exhibir a una generación joven e incipiente que se ha ido haciendo un hueco en Europa, con Elneny (Arsenal) y Salah (Roma) como principales baluartes. Hay mucho más que ellos, sin embargo. La fuerza del fútbol egipcio y de sus dos principales clubes, Al Ahli y Zamalek, más la pasión de un país entregado, deben volver a situar a los de Cúper en el selecto grupo de favoritos a hacerse con el título. Ya era hora.
Parecía que su carrera definitivamente caía en saco roto tras haber sido importante durante el cambio de siglo en Valencia, Inter y Mallorca, pero la llamada de Egipto, que andaba con muchos problemas, reflotó a ambos. Ha sabido entender la peculiaridad del fútbol egipcio y le ha dotado del rigor y la solidez que siempre caracterizaron a sus equipos.
En el Basilea dio sus primeras muestras de desequilibrio, no cuajó luego en el Chelsea y ha sido en Italia -primero en la Fiorentina y ahora en la Roma- donde se ha asentado como maravilloso jugador de banda. Rápido, incisivo, con regate y buen llegada al área, es el jugador más vertical de Egipto y uno de los que más de toda la CAN.
Hacía 39 años que Uganda no jugaba una Copa de África y poder regresar a la máxima élite ya es un éxito absoluto para este país de 37 millones de habitantes, sacudido en los últimos tiempos por las hambrunas y las guerras. Pero el fútbol siempre deja hueco para historias de supervivencia y superación como las de 'las grullas', que entraron en la CAN como segundos de grupo y tras poner las cosas muy difíciles a Burkina Faso, que acabó primera. El sueño ugandés ha tenido dos principales protagonistas por encima del resto: el primero es el técnico, el serbio Milutin Sredojevic, un trotamundos que en conjuntos y selecciones modestas de África ha conseguido hacerse un nombre importante. El otro, se trata de su estrella y mejor jugador africano de 2016 para futbolistas que militan en el Continente, el portero de Mamelodi Sundowns Denis Onyango, que tendrá tarea seguro en la cita gabonesa pero que ya ha demostrado saber resolverla con decisión. Todo lo que no sea caer a las primeras de cambio, en todo caso, será una sorpresa mayúscula para un país orgulloso de su equipo, pase lo que pase.
Uganda lo contrató tras hacer un buen papel con Ruanda y la respuesta de este serbio de 47 años ha sido clasificar ni más ni menos que a los ugandeses para una Copa de África 39 años después. Su carrera ha discurrido por clubes y selecciones modestas africanas y, pese a su juventud, se ha ganado el respeto con gestas como la de Uganda.
Portero campeón de la Champions de África con el conjunto sudafricano de Mamelodi Sundowns, 2016 fue sin duda su gran año y así lo corroboró la CAF nombrándole mejor jugador africano del año para los que militan en conjuntos del Continente. Corpulento y habilidoso, no es fácil destacar a un portero en África pero él sin duda lo merece.
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