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CORONAVIRUS

El cazador de virus que se hace llamar "el Forrest Gump de la COVID": así trabaja

Edward Holmes, biólogo de la Universidad de Sidney, se encargó de estudiar en China los mercados de animales, propensos a emitir virus, como el SARS-CoV-2.

El cazador de virus que se hace llamar "el Forrest Gump de la COVID": así trabaja
Ng Han GuanAP

El biólogo y virólogo de la Universidad de Sidney, Edward Holmes, visitó la ciudad china de Wuhan, conocida por ser el epicentro inicial de la COVID, en octubre del 2014. Durante el viaje, el británico se centró en el estudio de un amplio abanico de especies de animales, con un único objetivo, encontrar nuevos tipos de virus. Además, los responsables del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades lo trasladaron al Mercado Mayorista de Mariscos , impregnado de animales salvajes y con mal olor, que se comercializaban como alimentos.

Sin embargo, el virólogo se centró en un solo animal, el perro mapache, ya que es uno de los principales intermediarios del brote de SARS-CoV-2, antes de que la enfermedad se propagase en murciélagos. “No se podría obtener un mejor ejemplo de libro de texto sobre la aparición de una enfermedad a punto de ocurrir”, afirmó en una entrevista. Por ello, en 2019, mientras navegaba en las redes sociales, descubrió la detección de un brote en la ciudad de Wuhan, por lo que automáticamente pensó en los perros mapache y pasó a ser “el Forrest Gump del COVID”.

“Él va donde está el fuego”

Lasprimeras experiencias como biólogo de Edward Holmes fue el estudio de la evolución de los simios y humanos, hasta que año más tarde empezó a analizar la composición de los virus, hasta el punto de llegar a escribir más de 600 artículos sobre enfermedades víricas, como el ébola, gripe o el VIH. Tras aceptar la invitación de colaborar con la Universidad de Sydney, su único objetivo era el estudio del comercio con animales silvestres, ya que era un desencadenante para el estallido de un nuevo virus. “Él va donde está el fuego”, reconoce Andrew Read, compañero de Holmes.

Seguidamente, recibió una llamada de un reputado virólogo chino, Yong-Zhen Zhan, pidiéndole colaborar con él para buscar y estudiar nuevos virus en China. Además, esta experiencia le permitió averiguar que “los peces y las ranas también contraen la gripe”, un análisis “bastante revelador”, remarcó el biólogo británico. Sin embargo, cuenta que sus compañeros del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan, únicamente se centraban en buscar virus en personas enfermas y no en animales, como hizo Holmes

En 2019, la investigación se detuvo

Una vez aceptada la petición dirigida por el científico chino pasa a formar parte como profesor invitado del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades durante seis años. Además, una de las publicaciones más destacadas, se basó en el muestreo de más de 400 pacientes estudiados durante los años 2016 y 2017, donde descubrió que la mayoría enfermos con más de un virus y seis de ellos formaban parte de un brote de enterovirus genéticamente idénticos. Sin embargo, el estallido de la pandemia en la ciudad de Wuhan en 2019 frenó la investigación.

Una vez extendida la COVID, el propio Holmes solicitó a sus compañeros del Hospital Central de Wuhan, que le enviasen una muestra del líquido pulmonar de un paciente infectado. Por ello, esa muestra sirvió para cerciorar la aparición del genoma de un nuevo coronavirus, del SARS-CoV-2, con características similares a los descubiertos previamente. Incluso, el Gobierno chino prohibió a los científicos publicar información sobre esta nueva enfermedad.

Tras el veto de las autoridades gubernamentales, Holmes y Zhang escribieron un artículo para hablar sobre el genoma, posteriormente apareció en la revista científica ‘Nature’. No obstante, el biólogo chino se saltó las normas impuestas por su Gobierno y compartió esos datos en el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos. Sin embargo, Holmes consideraba que la información nunca se publicaría, por lo que acordaron compartir en un foro para biólogos, un hecho que provocó el entusiasmo de muchos científicos. “Se disparó en el momento en que Edward y Yong-Zhen publicaron la secuencia del genoma”, remarcó. “Inmediatamente, Twitter sellenó de entusiasmo, se intercambiaron correos electrónicos y comenzó la carrera”, explica McLellan, científico estadounidense.

Incluso, llegó a compartir informaciones sobre el material genético del virus, con otros epidemiólogos, como Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas de los Estados Unidos. Además, realizó trabajos con la Universidad de Hong Kong, con el objetivo de analizar la aparición de un coronavirus en un pangolín.

Reconocimiento por la investigación de la COVID

Esta investigación del virus le ha servido a Holmes para recibir el premio de ciencia más importante de Australia, hasta incluso amenazas de muerte impulsadas por el Ejército chino, que no le han impedido seguir compartiendo todos estudios sobre el coronavirus. Además, sus allegados aseguran que “tiene una habilidad excepcional para formar equipos científicos” y a su vez “una voluntad de sumergirse en debates controvertidos”. “Es el tipo correcto de persona con el tipo de mentalidad correcta, ya que puede tener la mente abierta, participar y pensar, y no ponerse a la defensiva”, señala un genetista.