El asesor del presidente de Ucrania, Mikhail Podoliak, explicó hace unos días cómo sería la alianza de países que reclamó Volodímir Zelenski en su discurso en el Congreso de Estados Unidos. “Queremos poner fin a esta guerra construyendo una nueva alianza que sea lo suficientemente fuerte como para detener a Rusia si quiere atacar a alguien nuevamente”, ha dicho en una entrevista a un programa de noticias polaco. Una alianza como la que ahora sí tiene Suiza, defenderse si la atacan, condenar violaciones de derechos humanos, y sentirse protegido internacionalmente, ya sea a través de países no alineados, ya sea a través de países neutrales, ya sea colaborando con la OTAN y la UE en algún sentido.

Las negociaciones buscan plasmar que el acuerdo sea muy específico para saber qué mecanismos podrían ponerse en marcha en caso de otro ataque contra Ucrania. “Queremos asegurarnos de que no vamos a quedarnos solos otra vez en el campo de batalla”.

Más allá de un acuerdo bilateral

Lo que llevan trabajando varios días los equipos de Ucrania y Rusia es que no sea sólo un acuerdo bilateral, sino que implique a otras potencias. Lo que pide Ucrania son medidas similares al Artículo 5 del tratado de la OTAN, que establece que un ataque a cualquiera de los miembros de la alianza hará que el resto de países salga en su defensa, ya que será visto como un ataque a todos ellos.

Y para tener ese paraguas de protección, Ucrania quiere que los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad de la ONU (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y la propia Rusia) sean una especial de ‘vigilantes’ y actúen también con Alemania y Turquía. Siete países para tener un equilibrio y una visión global de la defensa de Ucrania.

Sobre las provincias del Este, Zelenski, ha afirmado de manera tajante sobre las nuevas medidas y puntos a negociar, “son absolutamente claras: fin de la guerra, garantías de seguridad, soberanía, restauración de la integridad territorial, garantías reales para nuestro país y protección real para nuestro país”.

Las fronteras no se mueven

Ucrania quiere que no se alteren las fronteras que se marcaron en el año 1991, cuando cayó la URSS y se independizó Ucrania; así, las regiones del Donbás, como Crimea, formaban parte de Ucrania entonces y siguen siendo reconocidas por las Naciones Unidas como parte de su territorio. El problema, “por derecho, Crimea, Donetsk y Lugansk siguen siendo parte de Ucrania, pero no los controlamos de facto, la administración rusa trabaja allí”, ha declarado Mikhail Podoliak.

Encuentro con Vladimir Putin

El gobierno ucraniano quiere llegar a un acuerdo de soberanía y administración. De hecho, busca un cara a cara con Putin para discutir este asunto. Y en ese acuerdo no entraría a discutirse ninguna otra ciudad, pese a la situación actual de la guerra.