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Ponen fecha al fin de la mascarilla en interiores... con una condición

El epidemiólogo Quique Bassat ha criticado que se impusiera su uso exteriores en Navidad y estima que en Semana Santa podría quitarse en interiores.

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Un epidemiólogo pone fecha al fin de la mascarilla en interiores.

A pesar de que Ómicron es la variante más débil de COVID de las conocidas hasta ahora, sigue dejando a su paso miles de muertes. En los últimos siete días, la media en España ha sido de 250 fallecidos cada jornada. De hecho, el jueves se comunicaron cerca de 400 muertes. El epidemiólogo Quique Bassat ha hablado con COPE sobre la situación actual y la diferencia que hay entre las muertes y los contagios.

"Siempre hemos intentado explicar el decalaje que hay entre el pico de contagios y el pico de muertes. Los episodios que no acaban bien tienen muchos días de hospitalización previa, ahora estamos viendo las muertes del pico de casos de hace dos semanas", explica el experto. "Las tendencias están consolidándose a la baja, epidemiológicamente vamos bien, aunque las muertes van a tardar todavía en estabilizarse", asegura.

Por tanto, en las próximas semanas "empezaremos a ver cifras de muertes más razonables", aunque las cifras actuales son "la prueba de que la variante Ómicron no es tan buena como nos están vendiendo", según Bassat. Además, el epidemiólogo ha cargado contra la imposición de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores antes de la Navidad, una restricción que acabó el pasado jueves.

"No tenía sentido su uso en exteriores, muchas voces en diciembre mostraron sus dudas, hubo muchas presiones políticas para que se hiciera algo, y el Gobierno hizo algo pero lo menos disruptivo posible", indica. Para Bassat, lo que se necesitaba eran "medidas más estrictas o restrictivas y nos podríamos haber saltado semanas de altísima incidencia que tiene sus consecuencias como estamos viendo", afirma.

El fin de las mascarillas en interiores, en abril

Sin embargo, el experto recuerda que en interiores siguen siendo útiles, aunque no sabe cuánto se alargará su obligatoriedad. "Depende de la velocidad con la que vaya descendiendo la curva y en qué momento consideremos que el riesgo de transmisión y de brotes es aceptable, porque sabremos que cuando las retiremos de interiores habrá más transmisión", advierte. Esto podría darse a finales de abril, pero "monitorizando muy de cerca lo que pase".

Por último, para Bassat el pasaporte COVID no ha tenido mucha incidencia en cuanto a reducir la incidencia, pero sí para que aumente la cobertura vacunal. No obstante, semanas después de su implantación, "ya no vamos a convencer a los que no se hayan vacunado" de que lo hagan para tener el pasaporte". Esta medida debería "mantenerse en los viajes internacionales, pero a nivel local no hace falta, concluye el experto.