El preocupante informe sobre el cambio climático publicado en 220 revistas médicas
Los científicos advierten de que las altas temperaturas ha aumentado un 50% la muerte en personas mayores de 65 años, además de provocar diversas enfermedades.
Los profesionales de la salud llevan décadas advirtiendo sobre los devastadores efectos que tendrá el cambio climático en el planeta si no se hace nada para combatirlo. Pero nunca se habían reunido las principales revistas científicas del mundo para hacer el mismo llamamiento, lo que refleja la gravedad que reviste la situación actual.
En concreto, 220 revistas líderes en cada continente, y 50 especializadas de BMJ, han publicado el artículo ‘Call for emergency action to limit global temperature increases, restore biodiversity, and protect health’. Este hecho se produce justo antes de que se celebre la próxima semana la Asamblea General de la ONU, una de las últimas reuniones internacionales previas a la conferencia climática (COP26) en Glasgow, Reino Unido, en noviembre.
Consecuencias de las altas temperaturas
Las temperaturas extremas, los fenómenos meteorológicos destructivos y la degradación generalizada de los ecosistemas esenciales son solo algunos de los impactos que estamos viendo más debido al cambio climático, afectando “de manera desproporcionada a los más vulnerables, incluidos los niños y los ancianos, las minorías étnicas, las comunidades más pobres y las personas con problemas de salud subyacentes”, lamenta el texto.
En este sentido, señala que “la mortalidad relacionada con el calor entre las personas mayores de 65 años ha aumentado en más del 50%” en las últimas dos décadas. “Las temperaturas más altas han provocado un aumento de la deshidratación y la pérdida de la función renal, neoplasias dermatológicas, infecciones tropicales, resultados adversos para la salud mental, complicaciones del embarazo, alergias y morbilidad y mortalidad cardiovascular y pulmonar”, precisa.
Asimismo, los científicos recuerda que el calentamiento global también contribuye en “la disminución del potencial de rendimiento global de los principales cultivos”, cuya producción ha bajado entre un 1,8 y un 5,6% desde 1981. Esto, “junto con los efectos del clima extremo y el agotamiento del suelo, está obstaculizando los esfuerzos para reducir la desnutrición”. Así, insisten en que “la destrucción generalizada de la naturaleza, incluidos los hábitats y las especies, está erosionando la seguridad alimentaria y del agua y aumentando la posibilidad de pandemias”.
Mayor responsabilidad para los países ricos
Para solucionar estos problemas, instan a los gobiernos a intervenir para transformar sociedades y economías, por ejemplo, apoyando el rediseño de los sistemas de transporte, las ciudades, la producción y distribución de alimentos, los mercados para inversiones financieras y los sistemas de salud. Si bien reconocen que “se necesitará una inversión sustancial” para realizar estas acciones, aseguran que “tendrá enormes beneficios económicos y de salud, incluidos trabajos de alta calidad, reducción de la contaminación del aire, aumento de la actividad física y mejora de la vivienda y la dieta”.
Fundamentalmente, consideran que la cooperación depende de que las naciones ricas se involucren más “para reducir su consumo y apoyar al resto del mundo”. “En particular, los países que han creado de manera desproporcionada la crisis ambiental deben hacer más para ayudar a los países de ingresos bajos y medios a construir sociedades más limpias, saludables y resilientes. Los países de ingresos altos deben cumplir e ir más allá de su compromiso pendiente de proporcionar 100.000 millones de dólares al año, compensar cualquier déficit en 2020 y aumentar las contribuciones hasta 2025 y después”, señalan.
“Como profesionales de la salud, debemos hacer todo lo posible para ayudar en la transición a un mundo sostenible, más justo, resistente y más saludable. Nosotros, como editores de revistas de salud, hacemos un llamado a los gobiernos y otros líderes para que actúen, marcando el 2021 como el año en que el mundo finalmente cambia de rumbo”, reclaman.
La pandemia no es una excusa
“La acción urgente sobre la crisis climática y natural no puede esperar por la pandemia”, subraya un comunicado difundido por la Alianza Sanitaria para el Cambio Climático del Reino Unido (UKHACC), el organismo que ha coordinado la publicación conjunta del citado editorial.
“La pandemia de COVID-19 terminará, pero no hay una vacuna para el cambio climático. El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) demuestra que cualquier aumento mínimo de la temperatura pone en peligro nuestra salud y futuro. Igualmente, cada medida que limita las emisiones y el calentamiento nos acerca a un futuro más seguro y saludable”, afirma en la nota Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).