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Tomás Gimeno podría haberse lastrado al fondo del mar con 8 kg de plomo
La madre cree que se trata de una farsa para enmascarar la verdadera fuga, mientras criminalística analiza el edredón encontrado buscando restos de las niñas.
Pese a todas las informaciones que salen cada día, la madre de Anna y Olivia, desaparecidas en la isla de Tenerife el pasado 27 de abril, se había mostrado segura de que estaban vivas y que se encontraban junto a su padre, Tomás Gimeno, a pesar de haberse encontrado en el fondo del mar una botella de aire comprimido y una funda nórdica propiedad del padre de las niñas.
Y es esta nueva línea de investigación de la Guardia Civil la que parece cobrar fuerza. Gimeno se habría puesto un cinturón de buceo con 8 kg de plomo para lastrarse al fondo del mar con las niñas, según Canarias7. La hipótesis que cobra más fuerza va en esta línea: Gimeno preparó varios lastres, lanzó al fondo del mar a sus hijas y después se lanzó él. En la tarde de este pasado jueves se encontró el cuerpo sin vida de Olivia, la mayor de las niñas, a mil metros de profundidad.
Cronología de los hechos
El primer lastre habría ocurrido entre las 21.30 a las 23.30 horas, cuando las cámaras le captaron volviendo a puerto. Además, sería la hora en que la madre madre de las pequeñas hizo la noche de la desaparición.
Con el toque de queda aún activo en abril, la policía le paró. No había nadie con él. Se encontraba sin batería y cargó el teléfono. Volvió al puerto y a las 01:30, Beatriz, la madre de Anna y Olivia, le volvió a llamar y hablaron. Él confirmó que se iba lejos con las pequeñas.
El por qué su móvil de repente desaparece, podría ser, según la Guardia Civil, porque se lanzó al fondo del mar con el peso de plomo. Según esta nueva teoría.
Investigan el edredón
Criminalística están analizando la funda nórdica en busca de cualquier tipo de resto que indique que estuvo en contacto con las niñas o si las lanzó envueltas. La botella que Gimen habría utilizado está muy deteriorada, y no da pistas cobre la cantidad de oxígeno ni si llevaría exceso. La madre, Beatriz, mantiene la esperanza, y califica de teatro esta puesta en escena para despistar de la verdadera fuga.