El gran virólogo alemán tira abajo la teoría de la inmunidad de grupo
Christian Drosten explica que el término 'inmunidad del rebaño' proviene de la medicina veterinaria y no puede aplicarse a los humanos porque no somos un grupo cerrado.
El pasado 4 de junio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, celebraba que España había alcanzado el “hito” de tener a 10 millones de personas con la pauta completa de vacunación. “Nos acercamos al objetivo del 70% de la población inmunizada antes del fin de verano”, publicó en su cuenta de Twitter. Ese porcentaje es el que han fijado numerosos expertos para alcanzar la esperada inmunidad de grupo que nos devuelva una forma de vida similar a la de antes de la pandemia.
Sin embargo, el prestigioso virólogo Christian Drosten, homólogo de Fernando Simón en Alemania, ha frenado la ilusión de poder lograr la inmunidad colectiva. Durante una entrevista concedida a Republik, explica que se ha “malentendido” su significado desde el principio, ya que se entendía como un mecanismo por el que, llegado al 70% de inmunizados, bien de forma natural o con la vacuna, el 30% restante estará protegido porque ya no tendría contacto con el virus. “Simplemente no es el caso de este virus. Cualquiera que no se vacune se infectará con Sars-2”, advierte.
En este sentido, precisa que “el término ‘inmunidad colectiva’ proviene de la medicina veterinaria, donde tales consideraciones se hicieron en años anteriores, por ejemplo, con el virus de la peste bovina, el virus del sarampión del ganado”. En estos casos, sí se puede prevenir la enfermedad para siempre con la vacunación. Sin embargo, “los humanos no somos un grupo cerrado” como los rebaños, señala, sino que viajamos y nos intercambiamos. “Y así es como se propagarán los virus, de acuerdo con su capacidad básica para propagarse”, concluye.
“En unos años, el 100% de la población habrá sido vacunada o infectada. Incluso después de eso, el coronavirus seguirá infectando a las personas”, insiste, aunque asegura que “no serán infecciones graves”, sino que “probablemente” el virus se quede como una especie de resfriado.
No le preocupan las mutaciones del virus
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos insisten en vacunar cuanto antes a toda la población mundial alegando que, mientras haya millones de personas sin vacunar, seguirán apareciendo nuevas variantes de coronavirus y no podremos controlar la pandemia. Drosten, en cambio, se muestra más tranquilo con este tema, ya que considera que, aunque el virus mute, nuestro organismo podrá defenderse.
Por una parte, reconoce que “los anticuerpos que nos protegen de la infección desaparecen rápidamente y solo pueden reconocer el virus en unos pocos lugares”, con lo que “podemos volver a infectarnos relativamente pronto, especialmente si el virus ha mutado precisamente en esos lugares”. Pero, por otra, detalla que “solo nos enfermamos un poco” porque “esa parte del sistema inmunológico que nos protege de las enfermedades es mucho más sostenible”.
“Por lo tanto, la vacuna probablemente nos proteja de enfermarnos gravemente durante varios años. Los responsables de esto son las llamadas células T, de las que se ha hablado constantemente durante un año: a diferencia de los anticuerpos, no les importa si el virus muta un poco. Las células T pueden reconocerlo sobre la base de muchas características diferentes. El virus puede perder fácilmente algunas de sus características a través de mutaciones”, añade.