Esperanza para el lince ibérico: se multiplican y hay más de 1.000
En el año 2002 había menos de 100 ejemplares. Los programas de cría en cautividad han conseguido que la población se multiplique por diez.
El lince ibérico es uno de los animales más característicos de la fauna española, pero a principios de siglo, en el año 2002, llegó a haber tan solo 94 ejemplares en toda la península. Ahora, después de casi 20 años de políticas de protección y cría, el número de ejemplares ha superado la barrera de los 1.000, la primera vez desde que existen datos censados.
El informe del Ministerio para la Transición Ecológica en colaboración con comunidades autónomas, Portugal y ONGs como WWF señala que existen en la península ibérica un total de 1.111 ejemplares de la especie Lynx pardinus, es decir, de linces ibéricos, entre los que se encuentran 414 cachorros y 239 hembras reproductoras.
En total, hay 14 grupos poblacionales de linces, encontrándose 5 en Andalucía, 3 en Castilla-La Mancha, 5 en Extremadura y 1 en Portugal. La distribución de los linces es la siguiente: 506 en Andalucía (45,5%), 141 en Extremadura (12,6%), 327 en Castilla-La Mancha (29,4%) y 140 en Portugal (12,5%).
Multiplicación por 10, pero sigue en peligro
En el año 2002, la cifra de 94 ejemplares podía conducir a la especie hacia la extinción. Distintas actuaciones, proyectos LIFE y políticas de cría en cautividad han conseguido que la situación se dé la vuelta y la cifra se multiplique por 10. Hasta el año 2014 el crecimiento fue lento y solo había 329 linces, pero en tan solo siete años el aumento ha sido mucho más rápido.
A pesar de que la cifra es un 30% superior a la del año pasado, el lince ibérico sigue “en peligro de extinción” según el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Uno de los éxitos del crecimiento ha sido las sueltas de linces que se han criado en cautividad, que desde 2011 han superado los 300.
Ahora, un nuevo programa europeo, el Life Lynx Connect, pretende crear otras dos nuevas poblaciones, una en Lorca (Murcia) y otra en Sierra Arana (Granada). Con una dotación de 18,5 millones de euros, el programa se enfrenta al desafío de crear poblaciones puente para conectar las poblaciones existentes y proteger la diversidad genética.