CORONAVIRUS

La OMS explica por qué no se podrá erradicar la COVID-19

Pedro Alonso, director de uno de sus programas, asegura que como enfermedad que es no será posible y que esa definición “no es estándar”.

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Alejandro García EFE

La gran incógnita ahora mismo en el mundo es saber cuándo acabara la pandemia, cuándo volverá la normalidad, cómo será el futuro. La situación actual, vaticinada por muchos científicos, era impensable a ojos de la ciudadanía general, que desea que se acabe de una vez. Sin embargo, según Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Malaria de la OMS, no se va a poder erradicar.

Ha explicado que la COVID-19, al ser una enfermedad con origen en teoría animal, en un reservatorio, y con huéspedes animales, es imposible. El doctor ha enfatizado en que la definición de erradicación “no es estándar”, pues podría provocar que ciertas enfermedades dejaran de “ser un problema de salud pública”.

Lo ha explicado en su intervención dentro del encuentro sobre la erradicación de enfermedades y el papel de las vacunas, que ha organizado la Fundación ‘La Caixa’, y en el cual no ha estado solo, sino que lo ha hecho acompañado de la directora de la Iniciativa de Eliminación de la Malaria del ISGlobal, Regina Rabinovich.

La definición de “erradicación” y enfermedades que pueden

Ante la pregunta sobre la erradicación, con esta palabra, sobre la COVID-19, dentro de las enfermedades analizadas en el acto, la opinión de Alonso ha sido clara, no es posible. Tanto él como Rabinovich coinciden en que hay enfermedades que sí y otras que no.

Por ejemplo, ponen el caso de la malaria, que sí podría ser erradicable, igual que la polio o el sarampión. “Las enfermedades infecciosas no sólo son las únicas que pueden establecer un reto sistémico a las poblaciones humanas como demuestra la COVID-19, sino que siguen determinando la evolución de la humanidad y de los sectores más pobres”, razona Alonso.

Para que una enfermedad acabe convirtiéndose en pandémica, uno de los factores fundamentales es la movilidad humana, ya que esto es lo que provoca que la propagación sea mayor, a gran escala, y acabe instalándose a nivel mundial. Apunta Alonso a unos sistemas de vigilancia y a la capacidad para dar una respuesta “rápida y eficaz” como dos aspectos a utilizar para conseguir que la enfermedad no sea tan peligrosa una vez se desarrolle y extienda.

Rabinovich, por su parte, añade el problema que puedan generar los antibióticos y las posibles resistencias, ya que los virus evolucionan y se hacen más fuertes, como se ha visto con el coronavirus y las cepas. Por ello, en este caso, ha querido destacar el papel de las vacunas con tecnología ARN mensajero, porque está funcionando bastante bien y podría ser una técnica muy útil a “aplicar a otras enfermedades”.