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Un grupo de orcas ataca un velero en el Estrecho

El velero ‘Serena IV’ tuvo que enfrentarse durante cerca de media hora a tres orcas que atacaron la embarcación causando serios desperfectos.

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Un grupo de orcas ataca un velero en el Estrecho
SERGIO RODMAN

Los ataques de orcas a los barcos mar adentro se hicieron frecuentes durante el verano de 2020, cuando varias embarcaciones fueron embestidas cerca de Trafalgar y, especialmente, en la costa gallega y portuguesa, donde tuvieron lugar de forma continua y sorprendente hasta para los investigadores.

Tras un periodo de receso, las “ballenas asesinas”, nombre que toman porque son capaces de arremeter contra estos animales, han vuelto a hacer de las suyas y han atacado al velero Serena IV, que navegaba a la altura de Gibraltar cubriendo la ruta Italia-Lanzarote pasada la medianoche del 29 de marzo.

“Eran más o menos las doce y cuarto de la noche y estábamos a la altura del cabo Espartel. De repente, escuché un golpetazo que hizo trasluchar al barco”, explicó a Nius el armador del navío, Sergio Rodman. Rápidamente advirtieron que tres orcas estaban embistiendo su velero y que estaban atacando las partes más endebles de la embarcación.

Espantadas con bengalas

Defenderse de las orcas no fue tarea fácil para los tripulantes de la embarcación. “Fueron unos quince o veinte minutos donde llegaron a arrancar parte del timón como si lo hubieran cortado con un cuchillo de arriba abajo”, contó sorprendido Rodman. Por ello, los primeros intentos defensivos se centraron en lanzarles cosas o en golpearles con el bichero, pero no tuvieron éxito.

Las orcas seguían metiéndose debajo del barco y atacando la zona del timón e, incluso, empezó a salir espuma por esa parte del barco. Hasta que, finalmente, uno de los viajeros tuvo la idea de prender una bengala y acercársela a los animales para terminar ahuyentándoles.

El Serena IV no tuvo más remedio que parar su viaje en Tarifa, puesto que los desperfectos que había sufrido la embarcación y el susto por el ataque sufrido impedían continuar la marcha. Allí, casualmente, encontraron un velero estadounidense que también había sufrido el ataque de orcas a su paso por el Estrecho.

¿Ataque o defensa?

Hasta que sucedieron los primeros ataques de grupos de orcas a barcos en la costa gallega no se tenían registros documentales de sucesos como estos. Por tanto, los especialistas no tienen una teoría clara sobre si las embestidas forman parte de un intento de ataque a las embarcaciones o si parten de una premisa defensiva al sentirse atacadas por los barcos.

La investigadora de la Universidad de Islandia, Filipa Samarra, afirma que su intención no es atacar, sino seguir el rastro de las burbujas que produce en el agua el motor de los navíos. “Simplemente buscan contacto más cercano”, asegura.

Sin embargo, la presidenta de la Asociación para la Investigación del Medio Marino (AIMM), Joana Castro, cree que las orcas podrían llegar a sentirse amenazadas por la presencia de los barcos y que los ataques puedan partir de la curiosidad de los animales o, sencillamente, tratarse de una broma.