El terremoto político que se ha originado este pasado miércoles con la convocatoria de elecciones por parte Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid tendrá sus consecuencias en el plano económico de manera inmediata. El efecto va a ser terrible para el comercio madrileño, que va a perder unas ayudas que alcanzan los 600 millones de euros.

Esta misma semana se iban a aprobar los presupuestos, con los cuales se liberarían unas ayudas dentro de un plan llamado “Proyecto Alondra”, y que consta de esos 600 millones de euros mencionados dirigidos a comercios, pymes y autónomos, según informa la Cadena Ser por la documentación a la que ha accedido.

De hecho, hay actas de reuniones con siete Direcciones Generales de Empleo y Economía, en las que se fijó liberar las ayudas con la firma de los Presupuestos.

Tres grupos de partidas de ayudas que caen

El montante se desgranaba en tres grupos de partidas que ahora bajan. En primer lugar, 235 millones de euros para comercio (30 millones ahí), pymes industriales (35 más), hostelería y restauración (85) y una ayuda de hasta 3.200 euros a los autónomos a fondo perdido hasta sumar otros 85 millones de euros más.

113 millones de euros iban a ir destinados a políticas activas de empleo para trabajadores que no hubieran salido del ERTE y para aquellos que estuvieran en paro por culpa de la COVID-19. Y otros 248 millones para formación, internacionalización de pymes, incentivos para la contratación, colaboración para desempleados hacia ayuntamientos, etc.

Y todo ese trabajo realizado quedará en nada. Estaba todo tan decidido y calculado que incluso se había fijado ya el listado en el que se indicaban los establecimientos y beneficiarios a los que les correspondía 30.000 euros por cada uno.

Un plan que comenzó a elaborarse en enero

Todavía queda mucho para conocer el desenlace del lío político que hay montado en Madrid, y probablemente en toda España, pero lo que es seguro es que este paquete de ayudas de 600 millones de euros no encontrará próximamente destinatario.

Por tanto, se pone fin, o se pone punto y aparte a la espera de acontecimientos, a un proyecto que comenzó a fraguarse el pasado 18 de enero, cuando se produjo la primera reunión. Según sus pliegos, la idea era ‘madrugar’ en el gasto como una alondra y reducir un 50% el tiempo y los trámites necesarios para liberar esas ayudas.

Como decimos, directores generales de sectores como el comercio, energía, economía, empleo, formación, trabajo, autónomos o consumo habían estado presentes en las reuniones y confiaban en que esos fondos fueran liberados y llegaran a las pymes y autónomos. Ahora se ha quedado todo en el aire y el trabajo se ha tirado por la borda. Desde el apartado jurídico estaba todo atado, con la tramitación común ya fijada y la plantilla común con refuerzo de plantillas públicas ya establecida.