CORONAVIRUS

“Hemos llamado a la policía porque los jóvenes acaban las fiestas en nuestros hostales”

Alejandro Arbesú, encargado del Grupo Gran Vía 44, explica a AS la situación de sus hostales en plena pandemia y lamenta momentos desagradables.

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Alejandro Arbesú Grupo Gran Vía 44

La llegada de la COVID-19 a España cambió la vida y la actividad de todo el país en cuestión días, o incluso horas. Con la declaración del estado de alarma y el consiguiente confinamiento de toda la población salvo servicios muy concretos en el mes de marzo, la movilidad se restringió al máximo, y eso afectó de lleno al sector de la hostelería y alojamientos turísticos, sin la opción de teletrabajar y con una ocupación que cayó al cero más absoluto.

El 19 de marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad emitió una orden en la que declaraba la suspensión de apertura de cara al público de establecimientos turísticos en un plazo de siete días. Y no fue hasta el comienzo de la desescalada cuando poco a poco empezaron a abrir tímidamente, hasta una apertura general en los meses de junio y julio.

En pleno centro de Madrid, en la célebre Gran Vía, justo frente a la Plaza de Callao y muy cerca de la Puerta del Sol, se encuentran los hostales del Grupo Gran Vía 44 (Juliette, Josefina, Carmen, Charlotte y Gran Vía 44). Su encargado, Alejandro Arbesú Valdivia, hace balance en AS sobre el año prácticamente de pandemia y lo que está por venir.

¿Cuál es la situación de los hostales en estos momentos? ¿Cómo la calificaría con adjetivos?

Mala, como todos un poco. Al no haber turismo se resiente la ocupación considerablemente y con ello los ingresos. Con adjetivos, la situación es crítica, es mala. Al no haber ingresos no entra dinero, no hay turismo y no hay ocupación.

Dentro de unos días se cumplirá un año del inicio del confinamiento y el cierre de todo, ¿qué recuerda de ese momento? ¿Cómo se viven esas primeras semanas?

Nosotros teníamos muchísimas reservas y todo el mundo empezó a cancelar. Y con lo que contabas para el resto del año, ves que va cayendo poco a poco porque el flujo de reservas canceladas era constante. Fue una situación de mucha incertidumbre porque no sabes cuándo vas a abrir y cuándo vas a recuperar la normalidad en cuanto a turismo y ocupación.

Poco a poco se ha ido abriendo, pero como ha habido una segunda ola y una tercera ola, han sido momentos de abrir y cerrar. No al nivel del primer estado de alarma, pero cuando hay un cierre perimetral nos vuelve a afectar. Nos pilló por sorpresa un poco a todos en marzo de 2020. Fueron momentos de tensión porque no se sabía qué iba a pasar con nada. Todos los trabajadores fuimos al ERTE y los hostales cerrados hasta que hubiera reservas, que tardó en haber reservas.

Durante este año casi de pandemia se ha hablado mucho de curva de contagios, de fallecidos, ¿cómo describiría usted la curva que han pasado la hostelería? ¿Cómo ha evolucionado la situación dentro de la gravedad?

Según ha evolucionado la pandemia y la curva de contagios iba hacia arriba, la curva de ingresos iba hacia abajo. Y así se ha comportado a lo largo de todo este año. La curva de contagios y de fallecidos hacia arriba y la hostelería se resiente mucho más y va hacia abajo. Son curvas invertidas. Es mucha irregularidad e incertidumbre. Te lleva a vender a precios más bajos, en comparación a como provisionalmente vendíamos.

Ahora mismo, con el toque de queda y los precios bajos, viene mucho chico joven que comienza la fiesta en la calle y quiere terminar la fiesta en los hostales. Se reserva la habitación a un precio bajo, una para dos personas por ejemplo, y entran diez o doce personas. Eso te provoca quejas de los demás clientes y en varias ocasiones hemos tenido que llamar a la policía.

¿Y hay alguna forma de evitar que esto último suceda para que no haya fiestas?

La única forma de cambiarlo es subir los precios. En el momento en el que subes los precios dejan de venir, pero entonces se resiente la ocupación en general. Es difícil de gestionar. Si bajas los precios vienen esas personas, y si los subes no tendríamos entonces la ocupación como nos gustaría.

¿Qué evolución han tenido precisamente los precios? ¿Ha influido la bajada de los mismos?

Sí, claro, al vender más barato viene un poco más de gente. Estamos vendiendo casi a un 75% más barato de lo que vendíamos que en esta misma época hace dos años, porque el año pasado por estas fechas ya estábamos abocados al estado de alarma casi. Con respecto a marzo de 2019, estamos vendiendo a un 70% o un 75% más barato. Y eso claro que influye, y por esto sí viene más gente joven con deseos de fiesta. Nos han puesto hasta una bola de discoteca en una habitación para terminar la fiesta. Hay gente que viene para eso, pero también hay gente que viene a trabajar, o con la familia y la pareja para estar tranquilos. Pero no para tener una fiesta en la habitación de al lado, que hemos tenido que llamar a la policía en varias ocasiones.

¿Qué perfil de cliente ha hecho entonces más reservas? ¿Es un perfil más laboral o fiestero que turístico? ¿Cómo ha visto esa evolución?

Como hay tanto teletrabajo, viene mucha gente que trabaja desde las habitaciones. Ahora ha empezado a venir más turismo francés, que no nos ha dado problema de momento. Los días entre semana, sobre todo, los clientes principales son los que vienen a trabajar. Ya sea porque vienen a trabajar en alguna obra en Madrid y les pilla cerca el hostal, o porque van a estar varios días. Incluso han estado clientes una semana entera por temas de trabajo. Pero ya los fines de semana vienen más este tipo de personas, los jóvenes.

Siempre se ha comportado más o menos igual. Abrimos entre mediados de junio y primeros de julio y empezaron a venir parejas sobre todo, pero era bastante tranquilo. Nada comparado con ahora.

Esos momentos de actuar contra situaciones de fiesta no habrán sido agradables pero, ¿cuál cree que ha sido el peor momento de todos?

En cuanto a ocupación, este enero ha sido bastante malo, sobre todo con la nevada. En Navidad y Nochevieja se resintió bastante en comparación con otros años. Noviembre también fue complicado, pero ha sido un comportamiento general de todos los meses. Al mes nos entran 80 o 100 reservas, por decir un número, y luego el 20% o el 30% cancelan después. Porque no pueden venir o nos dicen que están a la espera de que quiten el cierre perimetral. Como no lo quitan, llaman o cancelan directamente. Todo esto al margen de cuando no se podía abrir.

Dos grandes momentos del turismo anual son el verano y la Navidad, ¿cómo han sido? ¿Se han parecido en algo?

Han sido momentos muy diferentes. En Madrid, en Nochevieja, a partir del 27 de diciembre aproximadamente, suele venir mucha gente para las 'preuvas' y las 'uvas'. Este año nada de eso. Este año toda esa gente no vino. En verano yo creo recordar que agosto fue un poco mejor, pero por la bajada de precios. Claramente mejor el verano que la Navidad.

Y a nivel personal, ¿cómo han vivido todo esto los trabajadores tanto a nivel anímico y humano como a nivel laboral y contractual?

Cuando se decreta el estado de alarma todos fuimos al ERTE, y hay algunos trabajadores que aún continúan en ERTE. Lo único que podemos hacer es preocuparnos por ellos, ver qué necesitan, qué les hace falta. No podemos hacer más. Hasta que no se normalice todo y no se puedan incorporar a trabajar, no se puede hacer mucho más. Esa es la ayuda, cómo están, la familia…No se puede teletrabajar en este sector. Por suerte no hemos tenido contagios.

¿Han pensado en nuevas fórmulas para reflotar el negocio o para buscar ingresos por otra parte? Tienen el coworking (despachos para trabajar), que no sé es un ejemplo de esto que le hablo, o el Sky 44 Madrid, terraza lounge bar y restaurante, que no sé si ha ayudado…

Hemos buscado la fórmula de vincular los hostales al coworking. En San Valentín también sacamos una oferta de habitación con cena de San Valentín. Pero ha dado resultados regulares, no ha venido la cantidad de gente que esperábamos, sobre todo con el coworking. Han venido, pero no la cantidad que esperábamos. Hemos sacado códigos de descuento, pero no hemos hecho más. Si la gente no se desplaza, por mucho que hagas, es que no viene. La terraza ha ayudado y es lo que mejor está funcionando, sobre todo los fines de semana.

Para hacer balance, ¿cómo calificaría la gestión que se ha hecho a nivel nacional o regional de la hostelería en este periodo de la pandemia?

Es un tema complicado. A nivel regional yo creo que ha sido muy mala. Es mi valoración. Ves cómo lo hacen otras comunidades, que están mejor que la Comunidad de Madrid, y ves cómo lo hace la Comunidad de Madrid…Yo creo que tiene el mismo efecto cerrar 14 días que cerrar un poquito dos o tres meses. Al final estás más tiempo cerrado o medio cerrado y logras el mismo efecto que cerrando 14 o 21 días. Se lograría el mismo efecto. Creo que a nivel nacional o en otras comunidades se está haciendo mejor que en la Comunidad de Madrid.

¿Qué ha visto que se haga mejor en otras comunidades que en Madrid?

En otras comunidades han cerrado, no digo que tanto tiempo, pero no tener la hostelería al 50% como hemos tenido dos o tres semanas. Cierras una o dos semanas e igual logras el mismo efecto más rápido. No soy experto, es mi opinión con los datos que se publican. Cuando cierran las otras comunidades, llueven las cancelaciones. Influyen también las diferencias entre las decisiones de las comunidades.

¿Con la llegada del 2021 ha cambiado algo la cosa? ¿Qué perspectivas de futuro hay de cara a la Semana Santa, el verano o incluso la próxima Navidad?

No ha cambiado mucho. Comparado con el año 2020 tenemos más, pero con más perspectiva, con respecto al 2019 u otros años, ni por asomo. Ni en ocupación, ni en precios, ni en nada. Es lo que tenemos y con eso a la espera de que mejoren las cosas. Veremos a ver qué sucede con la Semana Santa. Con la vacunación esperemos que disminuyan los contagios y aumenten las reservas y los desplazamientos. Esperemos que suba más la ocupación de cara a la Semana Santa.

Para el verano sí creo que mejorará. Habrá ya más gente vacunada, menos incidencias, y se les dará la oportunidad a las comunidades para que vayan abriendo.

¿Qué mensaje lanza a posibles clientes que puedan estar interesados en hacer una reserva y tengan dudas?

Que no tengan miedo, que utilicen el hostal. Intentamos cumplir las medidas de seguridad, desinfectando las habitaciones, las zonas comunes, usando mascarillas, mamparas…En las instalaciones de nuestro grupo van a estar seguros. Que venga o llamen por teléfono o a través de la web.