Iris Bermejo, la química española que desarrolla una vacuna contra el cáncer
La investigadora, que trabaja en Viena, ha creado este fármaco capaz de estimular el sistema inmunitario y entrenarlo para destruir tumores cancerígenos.
Aunque los esfuerzos científicos se centran ahora en erradicar la pandemia derivada de la COVID-19, no debemos olvidar otras enfermedades graves que amenazan constantemente a las personas. Una de las que más preocupa es el cáncer, que sigue constituyendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Si bien se ha avanzado mucho con esta enfermedad, sigue causando millones de fallecimientos cada año.
Por eso es tan importante lo que ha conseguido el Grupo de Química Biológica de la Universidad de La Rioja (UR), que ha desarrollado una vacuna terapéutica capaz de estimular el sistema inmunitario y entrenarlo para destruir diversos tipos de cáncer. La investigación ha sido posible gracias a una beca predoctoral concedida por la Asociación Española Contra el Cáncer en La Rioja (ACC) a la investigadora Iris Bermejo, quien ha desarrollado este avance científico en su tesis doctoral, dirigida por Jesús Manuel Peregrina y Francisco Corzana.
Estimula sistema inmune y evita los agresivos efectos de la quimio
Esta revolucionaria vacuna no previene el cáncer, sino que es terapéutica. “Es decir, actúa como un fármaco que estimula al sistema inmune, de ahí la denominación de vacuna”, explica Bermejo en una entrevista con Business Insider España. “En concreto, nuestro fármaco consiste en una pequeña glicoproteína, denominada MUC1, que se ha visto que presenta una estructura diferente en células sanas y cancerosas, es decir, que existe en el cuerpo humano, pero el sistema inmune no es capaz de reconocerla cuando se presenta en tumores”, añade. Por ello, el equipo de Bermejo modifica esa proteína químicamente para que el sistema inmune la reconozca como un agente extraño y se active.
La vacuna, que se encuentra en la fase preclínica, ha sido probada en animales con resultados muy optimistas: “De momento la hemos probado en ratones y hemos visto que se producen más anticuerpos con el fármaco modificado que con el que está presente en el organismo, además, los anticuerpos que se producen gracias a nuestra vacuna son capaces de reconocer células cancerosas humanas”.
El siguiente paso será realizar estudios farmacológicos y comprobar su viabilidad económica. Sin embargo, esto ya no será responsabilidad de Bermejo, quien recuerda que los miembros de su equipo no son médicos, sino químicos. “El siguiente paso consistiría en que otro grupo más experimentado en ensayos clínicos pueda seguir con este proyecto en el futuro”, argumenta. “Nosotros no podemos continuar con esta investigación dado que no es nuestro campo y no tenemos los medios, además de la inversión que se necesitaría para retomar el proyecto”, concluye.
Si la investigación avanza y la vacuna funciona, formaría parte de las inmunoterapias que están adquiriendo tanta fuerza en la lucha contra el cáncer debido a sus ventajas, entre las que se encuentra la reducción al mínimo de los agresivos efectos secundarios que provocan otras alternativas: “Nuestra vacuna se engloba dentro del tratamiento denominado como inmunoterapia, es decir, que consiste en estimular el sistema inmunitario para que luche contra el cáncer. Este tipo de tratamiento nace para evitar los conocidos efectos secundarios de las terapias que se emplean actualmente, como la quimioterapia y la radioterapia, ya que la inmunoterapia centra su acción solo en las células cancerosas”.
Colaboración de la ACC
Este trabajo ha sido posible gracias a la inversión que ha realizado la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en La Rioja. Para Iris Bermejo, la concesión de la Ayuda Predoctoral AECC para sacar adelante este proyecto “me ha brindado la oportunidad de introducirme en un ámbito de investigación de un elevado impacto social, dentro de un equipo de primera línea en investigación a nivel internacional, y que me ha abierto puertas como la de mi actual trabajo como investigadora postdoctoral en la Universidad de Viena, gracias a un contrato Marie Curie”.
Por su parte, Elena Eguizábal, presidenta de la AECC en La Rioja destaca que “sin el apoyo de la sociedad riojana, sería imposible llevar a cabo el trabajo de la asociación, el cual se basa en tres pilares fundamentales: prevención, apoyo a la persona enferma y su familia, y la investigación”. A nivel nacional, la asociación ha destinado 79 millones de euros para sostener 40 proyectos, mientras que, en el caso riojano, de los 300.000 euros que aporta, la mitad se destina a financiar becas de investigación en la UR.