Fernando Simón: "El tiempo pondrá las cosas en su sitio"
El director del CCAES destaca en una entrevista con EFE la decisión de cerrar el país en marzo. "En aquel momento pensar cerrar España parecía una locura".
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), es la voz de la pandemia en España. El experto ha pasado del anonimato al foco mediático después de que se declarase la alerta sanitaria.
En ese camino, Simón ha recibido tanto críticas como alabanzas, según indica en una entrevista a la Agencia EFE, en la que hace balance de este complicado año en materia de salud. En la charla, asegura que "el tiempo pondrá cada cosa en su sitio".
Hace ya un año que China comunicó al Reglamento Sanitario Internacional de la existencia de 27 casos de una extraña neumonía que, a la postre, se convertiría en la mayor crisis sanitaria de los últimos años y que se ha llevado la vida de casi dos millones de personas en todo el mundo. Desde entonces, asegura Simón que España está más preparada, aunque otra cosa es estarlo desde el punto de vista anímico.
"Tenemos una capacidad de detección inmensamente superior a la primera ola, estamos mucho mejor preparados en cuanto a vigilancia, tenemos sistemas asistenciales más resilientes, pero eso no quiere decir que anímicamente vayamos a estar bien preparados", apunta.
En su despacho se acumulan las cartas de agradecimiento, con las que se queda "con mucha diferencia" por encima de las críticas. Entre esas cartas, la de una niña de 10 años, es de las pocas que ha respondido. "Es que no tengo tiempo para nada", responde. La pequeña, afirma el experto, le escribió para hacer una entrevista para un trabajo del colegio.
Las alarmas internacionales, más lentas de lo que se piensa
Fernando Simón no duda de que tras la Navidad llegará un nuevo repunte de la enfermedad, aunque no se aventura en pronosticar la magnitud del mismo. En el momento en que China, a las tres semanas, la Organización Mundial de la Salud no declaró la emergencia sanitaria de salud pública de importancia internacional (ESPII). Una semana después cambió el criterio y declaró la pandemia el 11 de marzo.
"Las alarmas internacionales son mucho más lentas de lo que se piensa", resalta Simón. Cuando se decretó la alarma internacional, el CCAES ya había adaptado al nuevo virus el plan de preparación y respuesta hecho previamente para el Sars-Cov.
"Pensar cerrar España parecía una locura"
Respecto a la decisión de cerrar el país ante los inicios de la pandemia en España, el director del CCAES recuerda que el mes de febrero transcurrió sin apenas casos hasta final de mes, cuando comenzaron a surgir pequeños brotes, muchos importados de Italia.
"Estaba claro que teníamos un altísimo riesgo de diseminación por Toda España. En aquel momento pensar cerrar España parecía un poco una locura", afirma. Ya entonces se evidenciaba el decalaje de dos semanas entre la adopción de medidas y los efectos de estas.
"¿Quién en España habría aceptado un cierre como el del 14 de marzo teniendo 150 casos? Por mucho que pensáramos que había riesgo, no era aceptable. Las medidas se tomaron en los tiempos que se pudieron tomar", asegura Simón.
Uso de mascarillas
Uno de los temas que más controversia ha ido generando es el del uso de las mascarillas. Ante el surgimiento de una nueva enfermedad, la OMS en primer lugar determinó que no eran necesarias para la gente sana. Poco después, el uso generalizado generaba preocupación por un posible desabastecimiento en hospitales, mientras que en mayo las recomendó cuando no fuera posible mantener las distancias.
"La recomendación de actuación tiene que ser factible, y si no hay mascarillas, no puede ser 'ponte una mascarilla'. No puedes proponer cosas irrealizables", indica Fernando Simón, quien destaca que "hay muchas familias que no pueden pagarse diez euros al mes por miembro. Incluso cuando hay disponibilidad".
El día a día en su trabajo
A pesar de este duro año, constantemente bajo el foco de la crítica, Simón considera su labor como "intelectualmente interesante", a pesar de una rutina que existe aunque "es mínima, es un trabajo en el que estás constantemente aprendiendo".
"Un médico de salud pública sabe que no va a tener una gratificación de nadie por mucho que salve miles de vidas con su trabajo; sabes que el reconocimiento no se va a dar porque el reconocimiento se tendría que dar cuando no pasa nada gracias a lo que haces, pero cuando no pasa nada, no se reconoce nada".
"Creo que el tiempo pondrá cada cosa en sitio y, de hecho, ha pasado ya en la epidemia. Cuando sube la curva, esto es un desastre, y cuando baja, somos los mejores del mundo. Ya veremos lo que pasa", finaliza.