Rafael Bengoa: "No hay manera de convivir de forma segura con el virus"
El exasesor de Barack Obama asegura en una entrevista en AS que la inmunidad de grupo no se alcanzará hasta el próximo otoño.
Rafael Bengoa (Caracas, 1951), codirector de SI-Health y asesor internacional en reformas de salud, atiende en exclusiva a AS para analizar la actualidad sobre la pandemia y el futuro que se espera una vez se produzca la vacunación de la población.
- Moderna ha desarrollado una vacuna con una efectividad del 94,5% y Pfizer informó que el indicador de la suya se ha incrementado hasta el 95%. ¿Supone esto una vuelta a la normalidad cuando se produzca la vacunación masiva o habrá que esperar?
El proceso vacunal va a durar todo el año que viene en España, y en otros países del sur del mundo más tiempo. Tenemos que ver que no vamos a alcanzar inmunidad de rebaño ni de grupo hasta otoño o así. En el caso, y sólo en el caso de que se vacune el 65-70% de la población. Por lo tanto, yo creo que esas dos vacunas son muy buena noticia. Aunque todavía no conocemos, tal y como se llama en salud pública, si son esterilizantes o neutralizantes. Si es esterilizante, la persona que la reciba no va a transmitir a terceros; en cambio, si es neutralizante, esa persona puede llegar a transmitir, pero no sufre la enfermedad, la neutraliza. Eso todavía no lo sabemos. También la de Oxford está dando buenas noticias, por lo tanto, vacunas va a haber y empezaremos a vacunar a partir de primavera.
- ¿Qué parámetros fijaría usted para determinar la prioridad de vacunación una vez lleguen los remedios a nuestro país?
Primero serán los enfermos vulnerables con enfermedades crónicas, la gente en residencias o que vive sola en casa. Luego también los profesionales de la salud y de servicios sociales. Posteriormente, habría un tercer grupo de otros profesionales, como policías y colectivos con mucho contacto con mucha gente. Por último, iría la población general.
- ¿Cree que la vacunación debería ser obligatoria?
No creo que se pueda razonar en términos de obligación. Creo que si se hace bien la parte educativa, de convencimiento a la población de que nos interesa a todos que la gente esté vacunada, alrededor del 70% que creo que lo alcanzaremos, si estos procesos funcionan bien, alcanzaremos suficiente población con una vacuna del 90-95% de eficacia para llegar a la inmunidad de grupo. Intentar convencer a este 10-20% que ni siquiera vacuna a sus hijos, es inútil. Lo que sí abrirá es un debate posterior bastante interesante sobre la obligatoriedad en los niños, pero eso es más adelante. Por ejemplo, en Estados Unidos si no están vacunados con la DTP, no van al colegio. Ahí es obligatorio. En cambio, en Europa somos un poco más laxos, y esa laxitud ha abierto distintos brotes muy severos de sarampión, por ejemplo en Francia, donde ha habido niños que han fallecido porque no les han vacunado.
- ¿En qué hemos fallado básicamente para estar inmersos en una situación así?
Si uno quiere controlar una epidemia con un virus desconocido, muy agresivo y eficaz, tiene que hacer tres cosas. Empezar a explorar la vacuna y vacunar a la mayor cantidad de gente posible, pero mientras tanto tienes que comprar tiempo. Para comprar tiempo necesitas tener un sistema muy fuerte de testeo, rastreo y tratamientos. Las tres claves para controlar una pandemia como esta del COVID son testeo y rastreo, tratamiento y vacunas. Tienes que comprar tiempo con mucho testeo, rastreo y tratamientos. Nosotros hemos flojeado en el testeo y el rastreo. No hemos tenido la suficiente energía e inversión para controlar los brotes, nosotros y otras partes de Europa. En cambio, en países como Australia, Nueva Zelanda o Corea del Sur, sí han tenido una capacidad de rastreo y testeo poderosísima. Hacer test más rápidos o PCR está muy bien, pero después se necesita mucho rastreo. El test en sí mismo, si luego no haces un buen seguimiento de los infectados, no estás controlando con eficacia la pandemia.
- La apuesta por salvar la campaña de verano supuso un notable aumento de contagios que se viene arrastrando en esta segunda ola, ¿Cree que si ocurre lo mismo con la Navidad habrá una tercera ola?
Las cifras ahora son bastante más altas que las que teníamos al final del primer confinamiento y van a seguir estando muy altas hasta Navidad. ¿Cómo es posible que pensemos que haya que salvar las navidades cuando los datos son más altos que al final del primer confinamiento? Estas próximas fiestas y el puente de diciembre son oportunidades de infección. Lo que hay que recomendar a la gente es que le digan a la familia que podemos reunirnos, pero dejar espacios entre las sillas y conectar digitalmente con los que no están sentados a nuestro lado.
- Usted ha insistido varias veces en seguir los pasos de países como Australia o Nueva Zelanda, que han apostado por cortos y estrictos confinamientos. ¿Esto sería una solución para mejorar la situación en España?
Más que necesario, es que no lo van a hacer. Un confinamiento severo se debía haber hecho hace dos meses. Como no se ha hecho, la tendencia es de cierta estabilización, aunque las cifras son enormemente altas. En los países mencionados estarían alucinados con una conversación en la que con más de 250 casos por 100.000 habitantes estemos hablando de salvar la Navidad.
- Sin embargo, los políticos se inclinan por la necesidad de convivir con el virus para no dañar aún más las economías, ¿Lo ve factible? ¿Qué se necesitaría para convivir de forma segura con el virus?
No hay forma de convivir seguramente con el virus. Es justificable la decisión de seguir la estrategia de convivir con el virus, pero tienes que asumir que va a haber una mortalidad importante y que para salvar la economía, estás asumiendo esa alta mortalidad. En cambio, con un confinamiento más severo, piensas de una forma diferente. Es otra estrategia: yo confino, salvo vidas, y luego abro la economía al cabo de un mes y medio. Eso es lo que ha funcionado en países como Israel o Nueva Zelanda. ¿Eso qué quiere decir? Que la economía en esas partes del mundo está creciendo. Aprenderemos, pero a posteriori, sobre qué estrategia era más lógica, si convivir o confinar.
- Actualmente tenemos una incidencia acumulada que ronda los 300 casos por 100.000 habitantes y el ministro Illa recalcó la necesidad de bajarlo hasta 60. ¿A partir de qué cifra cree usted que podríamos dar por controlada la situación?
Uno no puede bajar a esas cifras conviviendo con el virus. Nadie lo ha logrado. Esas cifras se consiguen confinando severamente durante cinco o seis semanas. Como decía, es aceptable como estrategia convivir con el virus, pero tienes que saber que no vas a bajar a esas cifras. Sí estás consiguiendo el objetivo de mantener algunas cosas abiertas y que no se vayan sobresaturando los hospitales, pero no consigues el objetivo de reducir la mortalidad.
- Madrid ha pasado en poco tiempo de ser la zona más preocupante del país a una de las que menor incidencia acumulada presenta. ¿Ha sido un éxito su apuesta por los test de antígenos y tiene ya controlada la situación o no hay que lanzar las campanas al vuelo?
Esto es un maratón. Si hay algo que nos ha dicho este virus a todos es que le gusta resurgir porque es muy infeccioso. Tiene una gran capacidad de contagiar, y como son los asintomáticos los que transmiten, tenemos una situación muy vulnerable. Yo no lanzaría las campanas al vuelo, pero lo que creo que es importante es que los test de antígenos hayan tenido su importancia, pero hay que saber que estos test, sin un buen rastreo posterior, sólo son la mitad del trabajo. Hay que recordar a las autoridades que las epidemias no se controlan en los hospitales, sino en la comunidad, con mucha atención primaria, mucho testeo, rastreo, ayudando al aislamiento, y luego con las vacunas.
- Usted defendió a través de Twitter la figura y la labor de Fernando Simón, ¿Cree que se ha sido injusto con él? ¿Cuál es el principal fallo que ha cometido para que su figura esté en entredicho?
Fernando Simón ha estado siguiendo la evidencia. Por lo tanto, los colegios de médicos pueden ver que él ha ido siguiendo la evidencia científica y que ha ido moldeándose según íbamos avanzando sobre mascarillas, distanciamiento social, etc. La ciencia, para los médicos clínicos, no sólo los epidemiólogos, ha ido evolucionando. Primero se habló por ejemplo del remdesivir, y ahora la Organización Mundial de la Salud lo ha desaconsejado, luego de los corticoides o de los anticuerpos monoclonales que le dieron a Trump. La ciencia, tanto en el ámbito clínico como epidemiológico, ha ido aprendiendo. Cuando se está aprendiendo el modelo, uno va adaptando sus decisiones, y yo creo que eso es lo que ha hecho Fernando Simón. Algunos nos atrevemos a decir algunas cosas que van más lejos y quizá hubiéramos decidido otras cosas, pero él ha seguido una lógica y evidencia científica. Mi tuit lo que reflejaba es que culpando no aprendes. Aprendes preguntando ‘¿aquí que es lo que ha pasado?’, que son dos cuestiones muy diferentes. Si lo que necesitas es culpar a alguien para justificar lo que está pasando eso es buscar un único factor donde ha habido múltiples. Es multifactorial el dilema que tenemos entre manos y había que trabajarlo de manera muy sofisticada. Y como le veo que está muy solo, le defiendo.
- ¿Cree que existe una insensibilización respecto a las cifras de muertes y que ya se asume con normalidad datos de 300 o 400 fallecidos diarios?
De hecho, le pondría un apellido: insensibilización psíquica. Esto viene del mundo de la psicología y significa que tú, yo y todos los demás somos sensibles a la muerte de un individuo, pero empezamos a ser insensibles cuando ya hay muchos. Lo que es importante es que hay una insensibilización cuando el número es muy alto. Recuerdo el caso de Aylan, el niño sirio que murió en la playa. Ahí hubo un proceso relacional de una persona con una foto muy impactante. Pero seguimos viendo muertos y muertos, como ocurre ahora en el Mediterráneo o en el Atlántico en Canarias. Hay una insensibilización psíquica a la COVID por el número de fallecidos.
- ¿Vendrán nuevas pandemias en el futuro?
El mundo animal nos lleva advirtiendo desde hace 30 años que le gusta el caldo de cultivo global que le hemos organizado. Antes se autolimitaba en un pueblo o en una ciudad, y ahora le hemos creado un caldo de cultivo genial y lo está aprovechando. Eso es lo que quiere, reproducirse, y cuantas más víctimas hay, mejor. Eso depende de la relación que establezcamos entre el mundo animal y el mundo humano. Como la relación ahora con el medioambiente es muy negativa, y estamos creando debido a nuestra actitud mejores condiciones para que del mundo animal surjan más virus hacia el mundo humano, por lo tanto, nos tenemos que esperar más. Yo llevo 8 meses ya diciendo que esto es un ensayo general.
- ¿Qué le pediría a las autoridades españolas para que el impacto no sea tan grande en nuestro país?
Que los fondos que vienen de la Unión Europea y de nuestros propios impuestos, que es un montón de dinero, se usen para cambios estructurales y no para cosas que no cambian los modelos que tenemos entre manos en casi nada. Esto es bastante importante, porque el uso estratégico de los fondos quiere decir que dentro de 4 años tengamos un país muy diferente con el tema medioambiente, animales o humanos. Si dentro de 5 años en nuestro país no ha cambiado de forma importante lo que estamos haciendo con el medioambiente de forma importante y la relación entre el mundo animal y humano, no habremos aprendido este ensayo general. Por lo tanto, el uso estratégico del dinero no es sólo para prevenir la siguiente pandemia, sino que es para prevenir una crisis que es mucho mayor, que es la de medioambiente.