CORONAVIRUS

La ventilación, el peligro de las terrazas cubiertas de bares y restaurantes

El cambio de temperaturas obliga a los hosteleros a cubrir las terrazas, una medida que podría aumentar el riesgo de contagio si no hay buena ventilación.

La ventilación, el peligro de las terrazas cubiertas de bares y restaurantes
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La enfermedad del coronavirus sigue avanzando en España y la segunda ola de contagios sigue dejando datos desoladores día tras día. En concreto, en nuestro país, los datos oficiales dejan cifras de 1.525.341 contagios y 42.039 fallecidos desde el inicio de la crisis sanitaria.

Las restricciones para evitar nuevos contagios continúan y en los locales de hostelería, según la Comunidad Autónoma, se sigue manteniendo entre un 50% y un 30% del aforo en las salas interiores. En terrazas, el número de personas permitido está entre un 60% y un 75% con la distancia de seguridad establecida por las autoridades entre las mesas. Además, los consumos en barra están prohibidos.

Cambio de temperaturas

La situación, junto a la llegada del frío y las lluvias, provoca que los usuarios puedan estar incómodos en las terrazas de los bares y restaurantes, ya que el tiempo no acompaña. Es por ello que se ha decidido implantar las ‘falsas terrazas’, es decir, aquellas que están acristalaras o plastificadas para hacer frente al mal tiempo.

Esta es una buena forma de que los usuarios puedan seguir acudiendo a los locales y ayudando a la hostelería a salir de la crisis generada por el coronavirus. Además, siguen estando en espacios al aire libre, en los que hay menos probabilidad de contagio al haber una mayor ventilación con el aire exterior.

Tres lados cerrados como máximo

Pero, surge un inconveniente, y es que estos lugares permanentes pueden cerrar como máximo dos o tres lados, ya que sino se convertiría en un lugar cerrado. Si esto ocurre, pasarían a considerarse lugares cerrados y entrarán en vigor las restricciones de seguridad establecidas para los interiores de los locales. Por ejemplo, no se podría fumar.

"Cerrar completamente las terrazas es como estar en un interior, este año hay que pasar frío, estar al aire libre y ponerse un abrigo", ha señalado el experto en calidad del aire Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), en declaraciones recogidas por NIUS.

El riesgo es menor, pero es importante la ventilación

"Si la norma es que solo se pueden cerrar tres lados, no todo vale. Una terraza cerrada de suelo a techo por tres lado y con mucha gente en su interior implica un gran riesgo de contagio. Como siempre, si hay higiene de manos, distancia de seguridad, el sitio está bien ventilado, la gente lleva mascarilla y hay separación entre las mesas, el riesgo es mucho menor", añade el experto.

"Si no hay ventilación no sirve de nada. Todo lo que sea llevar acciones del exterior al interior en cuanto a aerosoles se refiere, es contraproducente", explica Querol.

"Si se va a ir a una terraza cubierta durante más de una hora, se recomienda que se mantenga el uso de la mascarilla cuando no esté bebiendo o comiendo. Ponerse la mascarilla para hablar disminuye el riesgo de contagio", concluye para NIUS.

Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, coincide con Querol: ”Si es fijo, es una equivocación. Porque la terraza sería igual que un sitio cerrado y por lo tanto habría que tomas las mismas medidas que si fuera un interior. Cuanto más corra el aire, mejor. Otra cosa es que se cierre una terraza parcialmente para permitir cierta comodidad cuando haga frío. Resumiendo, cerrar una terraza tiene sólo sentido si es muy parcial y no evita que haya aireación”, explica.

Prohibido fumar

Paulino Pastor, presidente de la Federación de Empresas de Calidad de Aire Interior (FEDECAI) también ha hablado con NIUS sobre la posibilidad de las terrazas cerradas: “Desde mi punto de vista, por supuesto, en estas terrazas cerradas o semi-cerradas no se debería permitir fumar. Cuando una persona exhala el humo de un cigarrillo, el aire que entra en los pulmones ya no es limpio es un aire con una concentración muy grande de partículas y si esa persona tiene coronavirus el aire que suelta puede transportar el virus con más probabilidad que un aire que sale de un pulmón limpio de una persona que no está fumando. Y lo más importante el aire que sale es caliente y eso hace que se quede más tiempo en suspensión con lo que aumenta el riesgo de contagio", ha concluido.