Europa se vuelve a cerrar
La segunda ola está provocando que se vuelvan a confinar un gran número de países del continente ante el avance incontenible del coronavirus.
Mucho se ha hablado de la película sobre el 2020. Pues bien, si fuera una serie, estamos ante un segundo capítulo similar al primero. La segunda ola empieza a recordar a la primera en toda Europa. Cada vez se están uniendo más países a las medidas duras y restrictivas, como los confinamientos y los cierres perimetrales, aunque de momento son mucho más severas que las tomadas en marzo. Europa está cerrando sus puertas para que el virus se quede fuera.
Con la llegada del verano y la relajación en cuanto a las medidas, parecía que todo iba encaminado a una nueva normalidad y a disponer de la libertad de movimientos por todo el mundo. Pero la llegada de la segunda ola ha obligado a dar marcha atrás.
España aún no ha dado el paso total de volver al confinamiento, ya que es algo que aterra solo de pensarlo. Pero de momento ya se han impuesto toques de queda en todo el país y numerosas comunidades están imponiendo cierres perimetrales por provincias, municipios o la comunidad entera, ya sea por un breve periodo o para mucho tiempo. Sin embargo, en el resto de países como Reino Unido, Portugal, Austria, Francia, Irlanda, Alemania o Bélgica ya han optado por unos confinamientos más estrictos sin llegar a ser totales como en los meses de marzo y abril.
Portugal, Austria y Reino Unido, los últimos en sumarse
Cada vez la lista de países que se confinan es más larga, ya que parece que ninguno quiere ser el que se quede atrás y el responsable de que el coronavirus crezca por Europa. Entre los recién llegados, se encuentra Reino Unido, después de que Boris Johnson anunciara un confinamiento hasta el 2 de diciembre. Los comercios y negocios no esenciales, además de la hostelería, quedan cerrados, y la gente solo puede salir para lo más urgente. Por ejemplo, colegios y universidades sí siguen abiertos.
En Portugal se ha decretado un confinamiento para el 70% de la población desde el 4 de noviembre, ya que afecta únicamente a aquellos municipios con una incidencia que supere los 240 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. No obstante, son 121 localidades las afectadas, y entre ellas Lisboa u Oporto. Igualmente, solo se puede salir de casa para trabajar, ir a clase o comprar, así como motivos muy justificados.
Con respecto a Austria, tampoco es un confinamiento tan duro como el de la primera ola. Durante un mes como mínimo, hoteles, hostelería, ocio, cultura y comercios quedan cerrados. Igualmente, el toque de queda se impone desde las 20:00 horas, y se recomienda salir de casa de manera individual solo para dar un paseo, ir al trabajo o necesidades básicas.
Otros países europeos que apostaron por confinar
Francia, por ejemplo, se decidió por un confinamiento de un mes de duración, como mínimo hasta el 1 de diciembre, y solo se puede salir de casa una hora al día a un kilómetro como máximo del domicilio y de manera justificada. Bares, restaurantes y comercios están cerrados. En Irlanda, los primeros en tomar esta medida, también decretaron un confinamiento más severo de seis semanas con relajación a primeros de diciembre, e igualmente está casi todo cerrado.
Otra gran potencia como Alemania ha cerrado durante cuatro semanas bares, cines, teatros, gimnasios o ferias, y ha recomendado no salir de casa salvo para lo imprescindible, limitando al máximo los contactos. En Bélgica también se han tomado medidas similares, con el cierre de comercios no esenciales, multitud de negocios, teletrabajo obligatorio, movilidad muy reducida, y solo puede entrar una persona no residente en los domicilios.
La última en pensarse el confinamiento severo es Italia, que al igual que España siempre ha rechazado la posibilidad de volver al confinamiento total, y se están estudiando las medidas a aplicar. De momento se han cerrado teatros, cines, gimnasios, salas de conciertos, y los bares tienen un horario limitado. No obstante, en los próximos días se volverán más duras.