Francia, confinada de nuevo. Así lo ha anunciado el presidente de la República, Emmanuel Macron, que ha decretado el cierre de universidades, restaurantes y comercios. En cambio, permanecerán abiertas guarderías, colegios e institutos, así como los servicios públicos, industrias, explotaciones agrícolas y el sector de la construcción.

Al igual que en primavera, se necesitará rellenar una justificación para salir de casa. Sólo se podrá abandonar el domicilio por razones laborales, médicas, para ayudar a un familiar dependiente, hacer deporte o tomar el aire, hacer la compra o sacar a pasear a un animal de compañía.

Sin confinamiento para los mayores

El presidente francés, que asumió "toda la responsabilidad", descartó el confinamiento total de los más mayores por "razones éticas y de eficacia", pero les pidió que se queden en casa y que eviten las reuniones familiares.

Los ciudadanos galos tampoco podrán desplazarse de una región a otra, las fronteras europeas se mantendrán abiertas, pero no así las exteriores de la Unión Europea. Aunque tal y como señaló Macron, "en ningún caso debe poderse entrar en territorio europeo sin que haya seguridad de que el viajero no es portador del virus". Por ese motivo, habrá "test rápidos obligatorios para todos los llegados en puertos y aeropuertos".

Esfuerzo del pequeño comercio

Otra diferencia en relación al primer aislamiento es que se permitirán las visitas a las residencias de ancianos. Respecto a los pequeños comercios, el dirigente les solicitó un esfuerzo de "resistencia" mientras permanezcan cerrados, aunque prometió "volver a evaluar su cierre en dos o tres semanas".

En cuanto a las próximas fechas tan señaladas, reconoció "no renunciar a la esperanza de celebrar la Navidad y las fiestas de fin de año en familia. Veremos si podemos cultivar en familia esos momentos tan preciosos".

Para justificar esta decisión, el Gobierno se apoya en los datos del Ministerio de Sanidad, que confirman que la pandemia se ha disparado. Uno de los datos más preocupantes es que el promedio de ocupación de las UCI se ha situado en el 55%, lo que unido a la velocidad de crecimiento, ha inclinado la balanza para justificar el confinamiento.