Los casos de coronavirus no cesan en nuestro país y solo en el día de ayer se registraron un total de 3.471 contagios y 500 fallecidos en las últimas dos semanas. Además, los centros sanitarios no dejan de realizar PCR para detectar nuevos casos, por lo que estos datos podrían aumentar considerablemente en los próximos días.

Una de las personas fallecidas por la COVID-19, se llamaba Loli, una mujer de 52 años residente en Getafe que murió la semana pasada "aparentemente" por el coronavirus. Y decimos "aparentemente", ya que en los informes aparece como causa de la muerte “sospechosa de COVID-19”.

Así lo han contado sus familiares, que se encuentran indignados por la falta de atención prestada y las malas formas con las que los servicios sanitarios acudieron al domicilio, tal y como han contado su exmarido y sus hijos en el programa ‘Juntos Telemadrid’.

Tuvo síntomas y la dijeron que no era COVID-19

Loli comenzó a encontrarse mal la semana pasada, pero tras llamar al teléfono de atención para la COVID, le dijeron que no tenía todos los síntomas, por lo que pensó que sería un simple resfriado, debido a la similitud de dolencias.

Pero la situación para la mujer madrileña comenzó a empeorar cuando empezó a tener problemas para respirar, lo que llevó a su hija de 15 años a llamar a Urgencias para comunicar la situación. La sorpresa vino cuando, tras la gravedad de la situación, los sanitarios tardaron 40 minutos en llegar.

La tiraron en las escaleras del edificio

"Cuando llegaron los doctores, le preguntaron a mi hija qué había pasado y se dijeron el uno al otro que no querían entrar. Llamaron a varias ambulancias y una vino a las 2 horas. Al tomarle el pulso a Loli, la tiraron al suelo, intentaron reanimarla y no pudieron”, cuenta apenado Francisco, exmarido de la víctima.

Sin tener ningún tipo de tacto con la menor, los sanitarios dejaron el cuerpo de Loli tirado en las escaleras del edificio y les dieron un certificado donde se podía leer “sospechosa de COVID-19”.

Los familiares, a la espera de sus PCR

A Loli no le hicieron ninguna prueba cuando llamó con síntomas y ahora sus hijos y Francisco esperan los resultados, después de haber insistido varias veces tras ponerles todo tipo de pegas para no realizarles el PCR.