Mascarillas transparentes: efectividad, precio y dónde comprarlas
Todavía no están homologadas, pero son el siguiente paso para devolver la normalidad a los gestos y mejorar la comunicación no verbal.
La mascarilla es ya un nuevo complemento indispensable en nuestra vida diaria. El uso obligatorio de la misma ha hecho que ya estemos acostumbrados a vivir con ella y disminuir nuestra exposición a los contagios por coronavirus. Sin embargo, su uso sigue siendo un problema para las personas con discapacidad, especialmente por la pérdida de las expresión facial al tapar la boca de todas las personas.
Es por ello que ya se ha empezado a trabajar para resolver este problema. Las mascarillas transparentes son cara vez más reales, aunque ningún modelo de este tipo ha pasado todavía una homologación para aclarar su efectividad real contra el virus. Lo que sí ha quedado claro es que las pantallas de plástico que hemos visto desde el inicio de la pandemia no son seguras sin una mascarilla y, además, resultan bastante incómodas.
Actualmente son muchos los modelos experimentales de estas mascarillas transparentes: desde los más sencillos y baratos hasta los más aparatosos y caros. Lo que está claro es que este tipo de 'cubrebocas' enriquecerán la comunicación no verbal entre personas, una de las grandes ventajas por las que se está trabajando en su desarrollo.
Su objetivo es devolvernos un poco más a la vieja normalidad con la que vivíamos antes de la pandemia, permitiendo ver diferentes gestos y, sobre todo, mejorar la comunicación con personas con deficiencia auditiva, con la opción de seguir leyendo los labios de las personas que puedan tener delante. Eso sí, siempre respetando las medidas de seguridad. Pero también servirían para docentes en sus aulas, periodistas que trabajen en televisión o personas con trastornos de autismo.
¿Dónde puedo encontrarlas?
A pesar de no estar homologadas, ya son muchos los modelos que están a la venta a través de internet, e incluso hay gente que se las ha fabricado con ayuda de un tutorial de YouTube. Ya las hemos podido ver en diferentes personalidades alrededor de todo el mundo, como la ministra francesa encargada de personas discapacitadas en la Asamblea Nacional, una intéprete del lenguaje de señas de hospital Portsmouth en Reino Unido o incluso el entrenador de ´futbol americano, Nic Esteban.
En España todavía no se han viralizado entre la sociedad, aunque si se ha podido ver a alguna reportera de Telecinco, Mayka Navarro, o a una colaboradora de la misma cadena, Cristina Tárrega, con este tipo de mascarillas transparentes. Ésta última, que ha enseñado a través de sus redes sociales, se fabrica en Alemania e Italia, es de AllegaMask MED y cuesta tan sólo 19,99 euros. En nuestro país se puede encontrar a través dle Grupo Marcas PubliExpress. Está hecha de policarbonato, junto a un sistema que impide que se empañen o se rayen y cumple con la directiva 93/42/CEE, al igual que las mascarillas quirúrgicas.
Pero no es el único modelo que ya está en marcha. En España, tres jóvenes de Vizcaya -Iñaki Mendialdua, Itxaso Domingo y Marcos Fernández- han creado unas mascarillas transparentes mucho más complejas. Las venden ya en Indiegogo a través de su startup Weetbe, un modelo que ha recibido el nombre de Weetbe Mask Osaka y que equivale a las conocidas FFP2. Está avalado por el CSIC y aseguran que filtra el 98% de las particulas, además de ser reutilizables y con un motor de respiración para quitar la sensación de ahogo. Su precio es más elevado, entre los 45 y los 60 euros. Ahora, están esperando a su homologación.
Álvaro González Romero es otro español que ha desarrollado otras mascarillas transparentes, pero mucho más sofesticadas. Se trata de una mascarilla antimicrobiana, con un sistema de autolimpieza y de alarma cuando detecta contagios de coronavirus. Una tecnología Bluetooh que incluso da a conocer nuestro ritmo cardiaco o la calidad de la respiración. Es reutilizable, biodegradable y tiene un precio de 250 euros. También se pueden comprar a través de Indiegogo y no están homologadas.