¿Qué pasará cuando se junten en otoño la gripe y el coronavirus?
La OMS advierte que la pandemia será “más dura en octubre y noviembre”, pudiendo colapsar el sistema sanitario ante la falta de recursos.
Con la llegada del mes de octubre las temperaturas comienzan a bajar en toda Europa, lo que supone la entrada en el otoño, preámbulo de un duro invierno. Frío, lluvia, nieve…y las gripes y resfriados. En el pasado año 2019 aún no había llegado la COVID-19 a nuestras vidas, en teoría. Pero este año descubriremos lo que sucede cuando coronavirus y gripe tienen que convivir.
La Organización Mundial de la Salud no ha sido nada positiva ante lo que se viene, afirmando que la pandemia será “más dura en octubre y noviembre. Se verá una mortalidad más elevada”. El director para Europa de la OMS, Hans Kluge, ha sido bastante claro en declaraciones a AFP, asegurando que todo se va a complicar más por los rebrotes de las últimas semanas en todo el continente.
Los científicos del Instituto Max Planck en Alemania y el Instituto Pasteur en Francia ya han informado que la gripe duplicará o triplicará los casos de coronavirus. Y Kluge cree que pronto aumentará la cifra de mortalidad diaria, actualmente situada en torno a las 400/500 muertes de manera estable desde el mes de junio.
Ante esta situación, la preocupación ha aumentado bastante viendo la tendencia que está teniendo la propagación del virus y ante la llegada de la gripe y el resto de virus del otoño, que podría provocar un colapso en los hospitales.
Los expertos creen que se pueden detener ambos virus
La visión más negativa es que, si ya antes había bastante trabajo que hacer en el sistema sanitario para atender a todos los enfermos con la gripe y los demás virus que llegan con el otoño y el invierno, la pandemia puede provocar un colapso. “La mitad de la unidad ya está destinada a pacientes con coronavirus. Y enseguida van a llegar los virus respiratorios típicos de estas fechas, pero los sanitarios están agotados, faltan muchos recursos y seguimos sin tener terapias específicas o vacunas”, afirma Daniel Ballesteros, especialista del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid), a El Mundo.
No obstante, es cierto que las vías de transmisión del coronavirus son las mismas que las de la gripe. Por ello, la mascarilla o la distancia social pueden ser medidas complementarias que ayuden también a frenar, por ejemplo, los resfriados. Esto es algo que, según comenta al medio Benito Almirante, responsable del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, ha servido en el invierno del Hemisferio Sur: “Los datos muestran que, en Australia y en América del Sur, la epidemia de gripe ha sido mucho más leve que en años anteriores”.
Por último, pese a la clara situación de alarma ante lo que se viene, el sector sanitario confía en la campaña de vacunación, en que la gente acuda a hacerse pruebas y en que las medidas que ya se están tomando con el coronavirus ayuden a parar los demás patógenos.