Ya lo hicieron a primeros de agosto y la escena se ha vuelto a repetir a finales de mes. Berlín se ha convertido en el epicentro europeo de los negacionistas del coronavirus, en una concentración en la que han participado más de 18.000 personas. Ante tal afluencia de gente, la policía alemana ha desplegado un dispositivo de más de 3.000 agentes.

A primera hora del mediodía ya se concentraban las primeras personas en la Puerta de Brandeburgo para iniciar la concentración, lugar en el que la noche de antes se reunieron para expresar su protesta contra las medidas vigentes. Los organizadores, Querdenken 711 (Pensamiento Lateral 711), pudieron organizar la marcha tras el fallo judicial del Tribunal Administrativo Superior de Berlín, al considerar que una prohibición policial emitida anteriormente no es válida. Un portavoz del tribunal explicó que se podría realizar siempre y cuando se cumplieran ciertas condiciones...

Disolución de la manifestación

Pero estas condiciones no se cumplieron y la policía germana anunció a través de de sus redes sociales que procederían disolverla. "La mayoría incumplió la distancia mínima pese a las reiteradas demandas, no hay otra posibilidad que disolver la manifestación", expresaron en Twitter.

Durante la marcha, los agentes alemanas observaron que, además de incumplir con las medidas de distancia de seguridad, había muchos manifestantes que no portaban la mascarilla. Además, algunos llevaban símbolos de extrema derecha. Algo a lo que se negaba en rotundo el día de antes Andreas Geisel, ministro del Interior. "No estoy dispuesto, una segunda vez, a que Berlín se convierta en un escenario para negacionistas y extremistas de derechas".

Contagios al alza en Alemania

En el día de hoy, el Instituto Robert Koch, encargado del control de enfermedades infecciosas en el país, ha informado de 1.479 nuevos casos positivos de coronavirus, por lo que la cifra total ya asciende a 240.986 desde el inicio de la pandemia. Unos datos que llevaron a declarar a Angela Merkel que no ear partidaria de relajar las medidas sanitarias. Incluso, el Ejecutivo ha estado negociando con las autoridades la posibilidad de multar por no llevar mascarilla en tiendas o transporte público o la generalización de las cuarentenas para los viajeros de ciertos países.