Los meses y pasan y la pandemia del coronavirus sigue golpeando todos los lugares del planeta. En China, donde todo empezó, las cosas parece que van mejorando con el paso de los días, hasta ser uno de los países que menos casos positivos comienza a registrar en las últimas semanas.

Pero no todo es color de rosa y es que los ciudadanos de la ciudad de Urumqui, en la región china de Sinkiang, se han visto sometidos a las durezas de las medidas impuestas por las autoridades de la zona en las que, entre otras, se han visto obligados a tomar medicinas e incluso han sido sometidos a encadenamientos en los edificios.

Así lo han manifestado los propios habitantes de Urumqui a través de las redes sociales, en las que desde el pasado viernes han manifestado sus quejas contra las alargadas cuarentenas en casa o los lugares establecidos para ello, habiendo disminuido los contagios y haber contabilizado nuevos positivos desde hace ocho días.

Encadenamiento a las casas y toma de medicinas obligatorias

Entre las medidas más extremas, llevadas a cabo por las autoridades de la región, se encuentran el encadenamiento a los edificios y la toma obligatoria de una medicina a base de hierbas que en China se estableció como tratamiento para la nueva enfermedad.

Frente a estas medidas y la limitación de libertades de los ciudadanos de Urumqui, los mismos residentes han empezado a salir a sus balcones como protesta.

Estas quejas han tenido gran repercusión en las autoridades que han obligado a los usuarios a borrar el contenido de las redes sociales e incluso hay otros que afirman que se les ha solicitado publicar mensajes positivos sobre las medidas de la ciudad china.

El motivo de estas medidas extremas

Que las medidas en Urumqui hayan sido más extremas que en otras ciudades chinas como Shangai o Beijing, se debe a las normas culturales de cada zona, según ha publicado el diario Global Times.

Al mismo tiempo, dicho medio ofrece unas declaraciones de uno de los responsables del grupo de control de la epidemia en Sinkiang, en las que declara que “la enfermedad tiene un comportamiento diferente al delos contagios concentrados por zonas de Pekín, donde se adoptaron medidas antiepidémicas acotadas confinando a las comunidades afectadas y permitiendo una vida normal para la mayoría de los residentes. Las mismas medidas no pueden encajar en Sinkiang”, comentó.