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CORONAVIRUS

Las actividades que deberían prohibirse durante años por ser de "muy alto riesgo"

Margarita del Val, viróloga del CSIC, vaticina un endurecimiento de la COVID-19 en otoño, por lo que propone aplicar más medidas y "con más rigor".

GRAF2289. SITGES (BARCELONA), 15/08/2020.- Las calles de Sitges, hoy sábado, tras la prohibición por parte del Gobierno de la apertura de los locales de ocio nocturno. EFE/Susanna Sáez
Susanna SáezEFE

Personal sanitario, políticos y ciudadanos se encuentran preocupados por la situación epidemiológica que puede dejar la COVID-19 en otoño. Margarita del Val, tampoco se mostró muy optimista al respecto. La líder del Grupo de investigación de Inmunología Viral en el Centro Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM) vaticinó este miércoles en el Palacio de La Magdalena que “con la vida que estamos llevando en verano no podemos evitar una oleada muy grave, porque vamos a perder el mejor aliado: el aire libre, la distancia, poder tener las ventanas abiertas, etc.”.

En su intervención durante el primer día del curso 'La virología y el coronavirus en primer plano' impartido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la experta en inmunología afirmó, además, que "nadie quiere un confinamiento estricto de nuevo, pero para evitar eso tenemos que aplicar todas las medidas con rigor, no como se está haciendo ahora".

El riesgo aumenta

Del Val ha comunicado que la oleada que sufrimos ahora con los rebrotes es “mucho más suave que la primera”, pero alerta de que “no nos podemos permitir llegar con este número elevado de casos al comienzo del otoño. Hay que tener normas muy estrictas para que los niños puedan ir al colegio, yo creo que es más importante que los deportes colectivos". En este sentido, ha defendido la imposición de las multas porque pueden ayudar “a entender que esto va en serio".

Por otra parte, con el fin de intentar contener en la medida de lo posible la propagación del virus, la experta afirma que hay que "prohibir actividades de muy alto riesgo y tendremos que aprender, durante lo que yo llamo los años de la pandemia, a cambiar esto”. En esta línea, ha defendido que no se pueden permitir las condiciones tan deplorables que tienen los temporeros”.

Entre las actividades que, a su juicio, se deben evitar están “las grandes concentraciones en interiores”, puesto que ha quedado demostrado el elevado que riesgo que esto supone: “ahora sabemos que hay mucha más transmisión por el aire, mientras que en las superficies no hay tanto como se pensaba al principio. Pasar todo el día en una oficina cerrada hace que sea mucho más fácil que te contagies”. Sin embargo, “al aire libre hay poquísimas cosas que han ocurrido”.

Los asintomáticos son clave

Otro aspecto que le sigue inquietando, como ha manifestado en varias ocasiones, es el caso de las personas asintomáticas porque, aunque parezca algo positivo que muchas personas no enfermen, puede derivar en lo que pasó al inicio de la pandemia: “No colapsa el sistema sanitario, pero se piensa que esto fue lo que pasó en febrero. Personas sanas y jóvenes que podían viajar por todo el mundo por ocio o negocio, fueron transmitiendo el virus sin darnos cuenta y, en un momento dado, saltó a las personas mayores y causó un problema”.

Sin vacunas a corto plazo

Del Val confía en que se encuentre una vacuna antes del verano que viene, pero no a corto plazo, por lo que llama a la responsabilidad de ciudadanos y autoridades: “Posiblemente en esta temporada de otoño, en España no vamos a poder contar con una ayuda notable de vacunas. Lo vamos a tener que superar con nuestro propio esfuerzo, con buenas medidas de salud pública, buen diagnóstico y, si a lo mejor llega en el año 2021 alguna vacuna, se utilizará en brotes o casos especiales”.

Según ha explicado, la fecha para conseguir una vacuna es "muy difícil de prever" porque existen muchas enfermedades infecciosas y muy pocas vacunas, y no porque no se haya intentado, sino porque al ser productos biológicos son más difíciles de lograr que los medicamentos, que en su mayoría son químicos.

Además, su creación se compone de varias fases hasta que no se detecte casi ningún efecto adverso, lo que dificulta y alarga el proceso de desarrollo. "Se va a tener que garantizar la seguridad", ha indicado Del Val, quien añade, eso sí, que "no hay riesgo cero", aunque "se intenta que sean lo más seguras posibles".