Los colegios y escuelas infantiles pueden reabrir a partir de otoño. Esta es la principal conclusión del estudio Transmisión y niños Covid-19: El niño no tiene la culpa, publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Pediatras. La investigación ha analizado el resultado de varios estudios que revelan que solamente uno de cada diez niños contagiados de coronavirus fue infectado del virus por otro menor, y, por tanto, la vuelta a las aulas es segura.

Esta idea viene reforzada después de que algunos de estos centros en Europa occidental y Japón hayan regresado a la actividad sin que haya habido un aumento en los casos de coronavirus. “Al hacerlo, podríamos minimizar los costes sociales, de desarrollo y de salud adversos potencialmente profundos que nuestros hijos seguirán sufriendo hasta que se pueda desarrollar y distribuir un tratamiento o vacuna eficaz, o, en su defecto, hasta que alcancemos la inmunidad colectiva”, afirma uno de los directores de la investigación, el profesor William V. Raszka, Jr., de la Universidad de Vermont.

Los adultos, principales transmisores de la enfermedad

Como parte del estudio, se han realizado varias investigaciones en países en los que se han registrado positivos por parte de niños. En Suiza, se estudiaron los hogares de 39 niños que se habían contagiado. El resultado fue que solamente en tres de los casos la transmisión se había producido vía otro menor. Otra investigación, realizada en China, revela que el 96% de los contactos eran adultos previamente infectados, mientras que un estudio francés determinó que, de 80 niños en tres escuelas, ninguno contrajo la enfermedad.

Los autores del estudio concluyen que el coronavirus es una enfermedad extendida por los adultos. “La conclusión clave es que los niños no están extendiendo la pandemia”, señala el profesor Raszka. Esto choca con la transmisión de otras enfermedades respiratorias, como la gripe, en las que el contagio entre menores es más habitual.